Fui, me la realicé y me llaman a los 8 días y me dicen que debo ir al día siguiente a una cita médica que yo nunca había pedido.
Lloré incansablemente. Mi pareja estaba enterada de que la había pedido y de todo lo que estaba pasando. Convivimos juntos y sería injusto no contárselo.
Fuimos a la cita con la gran noticia que tenía el VIH. Sentí morir, pero en el transcurso de esos largos días nos informamos más acerca de este virus y traté de calmarme un poco.
Mi médico fue un factor primordial en este momento y también mi pareja, que entró conmigo. Es muy difícil asimilar algo así.
Mi pareja apenas se realizó la prueba y tengo fe en que sea negativo, pero todo muestra que tendrá el virus porque no nos protegemos desde hace más de 1 año.
No es tiempo de juzgar quién lo tenía primero. Ya es algo que está en mi cuerpo y debo asumirlo.
Mis temores son las reacciones a los medicamentos que estoy a punto de comenzar y a que tengo un hijo maravilloso al que no quiero dejar de ver crecer. No quiero que mis fuerzas y mi salud se deterioren y no pueda atenderlo.
Ayúdenme, necesito un consuelo por dios. Hay momentos en que no quiero vivir más.