Hace unos meses tuve una relación de riesgo y no usamos condón. Todo iba bien hasta que unas semanas después me dio fiebre, dolor de cabeza y la garganta la tenía inflamada. Fui al hospital y me diagnosticaron mononucleosis infecciosa.
Sin embargo, la doctora no se quedó tranquila y me mandó hacer otros exámenes. Salió positivo al virus de Epstein-Barr y al citomegalovirus. Bien, me había quedado tranquilo ya que pensaba que todos estos síntomas que me habían dado eran por esos virus.
Transcurrida una semana me volvió el dolor de garganta y el cansancio, así que volví a ir al hospital y me vio otra doctora. Al revisar los exámenes anteriores se quedó preocupada y me preguntó si había tenido relaciones sexuales de riesgo, etc. Yo le comenté que sí, pero ya había pasado un mes más o menos.
Ella me aconsejó que me hiciera el examen del VIH. Así lo hice y el resultado fue positivo. Después, la doctora me dijo que haríamos otro examen confirmatorio, pero que se demoraría un mes.
Desde ese día me sentí mal, preocupado. Esto lo estaba pasando solo, no se lo he contado a nadie, ni siquiera a mí familia.
Pasó el mes y fui a la cita con la doctora, pero cuando entré con ella me dijo que tenía malas noticias. Me quedé helado y pensé lo peor, pero ella me dijo que los exámenes no se habían realizado porque no sé qué había pasado. Tal vez la muestra de exámenes se extravió y bla, bla, bla.
Entonces me tomó otra muestra y tuve que esperar un mes más. Mientras, seguía con el agotamiento, el sueño y con la garganta algo irritada.
Por fin llegó el día. El 27 de noviembre fui al hospital y me atendió un doctor. Revisó los exámenes y me dijo que, efectivamente, era portador del VIH.
Debo decir que me lo esperaba. Siempre esperé lo peor. Fue mi responsabilidad y tengo que asumir lo que se viene.
Ahora me volvieron a ser exámenes para ver mi carga viral y los CD4. También me han hecho un examen de la alergia para ver qué antirretrovirales tomaré y este 4 de diciembre tendré cita con el doctor.
Lo único que he pedido a Dios es no morirme. Tengo miedo, estoy procesando esto solo. Nadie lo sabe y no quiero contárselo a mis padres ni hermanas. Creo que no se merecen que sufran por mi culpa.
