Había ido de vacaciones, hace un año que vivía solo (estoy estudiando) y todo iba perfecto hasta ese día. La parte más fea fue cuando se los conté no podía hablar, temblaba y lloramos los tres. Me preguntaban por qué no me había cuidado. Éramos ignorantes del VIH, no sabíamos nada o preferíamos pensar cuando se hablaba del tema: "eso no me va pasar a mí".
Ahora qué me queda, yo quiero vivir, quiero terminar mi carrera, me quiero enamorar, quiero cumplir con todos mis objetivos que había dicho se me cruzaban por mi cabeza. Había dos opciones: quedarme en mi cama o aprender a convivir a buscar información, ir al médico a no ser un cagón ya no podía volver el tiempo.
Y acá estamos un día de 10 y otro no tanto pero bueno hace un mes que empecé con el tratamiento y gracias a Dios no tuve ninguna complicación. Creo que la enfermedad está en la sociedad, en uno mismo por el qué van pensar los demás. Porque a veces tengo miedo o vergüenza, pero sé que con el tiempo voy aprendiendo, y esto no me va ganar.
Tengo el apoyo de mis viejos y hermanos que me aman. Esta prueba es para los fuertes, creo en Dios y en el avance de la medicina, sé que todo va pasar.