Donde menos lo esperéis encontrareis una mano amiga

Xavi

Corría el año 2005 y mi vida sexual, de ocio y nocturna estaba en pleno apogeo. Tras un duro desengaño amoroso, las relaciones sexuales esporádicas eran frecuentes. La curiosidad por el llamado tercer sexo y entre la niebla de las drogas y el alcohol que consumía me llevaron a probar ese tipo de relaciones sexuales sin ningún tipo de protección.

– “¿No tendrás alguna enfermedad?” Me atrevía a preguntar alguna vez.
– “¿No ves lo buena que estoy, te parezco que no estoy sana?” Era la respuesta.

Y así los sábados por la noche, la cocaína, el alcohol y las relaciones sexuales se entrelazan unas con otras. En el año 2007 y tras pasar unas sospechosas infecciones un médico me realizó un análisis de sangre en qué me dio la noticia de que era seropositivo.

Frío, incapaz de asumir lo que me dijo, busqué un segundo y tercer análisis que corroboró el diagnóstico. Estaba en más de 300 mil copias y solo 200 CD4. Tocaba tomarse las cosas en serio, hacer caso a los médicos y tomarse la medicación tal y como me decían.

Los efectos secundarios de las primeras medicaciones eran devastadoras, pero en tres meses la carga viral se volvió indetectable y subí a 600 CD4. Recuerdo ver a mi padre llorando a escondidas (aún no sé por qué digo esto). Pude mantener el trabajo y esconder esta enfermedad bajo la excusa de una depresión.

A fecha de hoy atrás quedó esa etapa de promiscuidad y mi pareja, siendo ella seronegativa, me aceptó tal y como soy. (Aunque eso es otra historia).

Han pasado casi 15 años y ahora soy un enfermo crónico más. Hago vida normal, tengo ya 50 años y aunque no tenemos hijos no es por impedimentos médicos sino por decisión propia. Me cuido, como sano y hago algo de ejercicio. Tengo una vida normal y no quiero pensar demasiado.

Solo os quiero transmitir que no es el fin y que hay solución. A veces no me doy cuenta de lo afortunado que soy. A menudo pienso en cómo podría ayudar a otras personas y lo que más me entristece es ver a gente que no se deja ayudar.

Mucho ánimo a todos, haced lo que os dicen los médicos siempre y decid adiós a todo lo que os ha hecho mal. Dejad atrás a falsos amigos, lugares turbios, a antiguas amistades y haced otras nuevas. Huid de aquellos sitios que conocisteis y recordad solo lo justo y necesario para seguir adelante.

Valéis mucho, más de lo que creéis y donde menos lo esperéis encontrareis una mano amiga. Solo tenéis que dar lo mejor de vosotros y el destino os lo devolverá multiplicado por mil.

Un abrazo fuerte y saludos.

XX

PS: Leer me ayudó mucho, hablar con otras personas de mi enfermedad con cautela también. 

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