Yo jamás imaginé llegar a infectarme de VIH debido a mi corta edad y también de la corta edad de él. Finalizando el 2012 la relación empezó a deteriorarse debido a que era una relación prácticamente a escondidas. Con ello llego la infidelidad y los maltratos físicos y psicológicos por su parte.
Finalmente, en enero de 2013 terminamos la relación. A finales de febrero recibí una llamada de su parte diciéndome que había sido diagnosticado de VIH. En ese momento las lágrimas empezaron a caer de mis ojos.
No podía pronunciar palabra alguna, pues probablemente estaba infectado también por VIH y solo tenía 17 años. Después de esto decidí ir al médico y le conté mi situación. El médico me dio la orden para realizarme la prueba y me dijo que tenía que ser responsable con mi sexualidad y mi cuerpo.
Me realicé la prueba (por dentro estaba destrozado, lleno de rabia, odio, dolor, tristeza, confusión…) y el día 1 de marzo de 2013 recibí los resultados y mi diagnóstico. De inmediato me acompañó el llanto y el doctor me dijo que tenía que ser fuerte, que ya no había vuelta atrás.
Desde entonces mi vida cambió radicalmente. Cuando cumplí mis 18 años, 3 meses más tarde, empecé a medicarme. Los primeros días fueron difíciles: vómitos, nauseas, desaliento, dolor, tristeza y lo peor de todo es que mi familia no sabe y desde entonces he cargado solo con esta cruz.