Decidí contárselo a mi ex

Guillermo

Hola. Aquí estoy, un joven que está a punto de cumplir 33 años. Mi nombre es Guillermo, soy profesional y muy trabajador. Remarco esto porque en estos últimos años estuve trabajando desde la mañana hasta la noche. Soy docente y me apasiona la docencia. ¡Y miren la causalidad o casualidad! Hasta hace un mes enseñaba en los profesorados Educación Sexual Integral.

Hace más o menos un mes por unos estudios rutinarios, y también por dudas, me realicé el test. Tal y como leí a muchos, e incluso hasta un amigo mío le pasó, la persona encargada del laboratorio me llamó para decirme que me debía realizar una práctica de nuevo por que querían verificar unos resultados que habían salido alterados.

¡En fin! Ya me lo estaba imaginando. Al día siguiente, al ir a retirar mis estudios, me dijeron que me había salido positivo el estudio de VIH con la técnica Elisa. Me dijeron que me debía practicar una prueba confirmatoria tipo Western blot.

Sentimientos muy contradictorios pasaron por mi mente, e incluso lo primero que pensé era que si mi ex lo sabía y no me lo había contado.
Ese día tenía terapia y, bueno, lo planteé como análisis. Como buen ansioso y obsesivo que soy, ya estaba practicando más o menos cómo iba a afrontar esta noticia.

Lo único que si tenía claro es que la vía de transmisión fue por mi expareja (de la que me había separado hacía 9 meses) dado a que con él fue con el único que no me cuidé. Me encanta el sexo y he tenido historias efímeras en el transcurso de esos meses, pero siempre con la precaución y recaudos necesarios.

Y llegó el día, donde mis resultados ya estaban dicho, me habían comunicado de que era seropositivo. Volvieron todas mis contradicciones e incluso pensé en morirme, dado que me fue muy difícil aceptarme como gay y ahora tenía “el plus”.

Al día siguiente tenía nuevamente terapia y lo primero que me preocupaba era contárselo a mi ex. Con él tuvimos muchas peleas, por celos, por diferentes miradas a la vida… que incluso meses anteriores al tener contacto con una amiga mía, le confesó que me seguía amando.

Dudé, me pregunté una y mil veces si él lo sabía e incluso hasta llegué a preguntarme cómo fue la transmisión, dado que en la primera separación quisimos reorganizar nuestras vidas con otras personas.

Entré en pánico e incluso la culpa de saber lo que me estaba pasando, y lo que le está pasando, hasta que una semana después me propuse contárselo.

Hace dos semanas comencé a tomar los retrovirales y hacerme el conteo de los CD4 y carga viral y era muy extraño. Es cierto que el trato es muy bueno, pero en estas circunstancias me sentía muy paranoico, por quién me atendiera tanto en el laboratorio como en la farmacia y quizás no… o quizás sí… Cuando leían que soy de serología positiva inmediatamente "ponían cara de póker" (jerga utilizada mucho en mi país Argentina) y cambiaban el trato.

Hoy hace una semana que decidí pedir el número de mi ex a amigos en común para mandarle un mensaje. Ese día llegó, yo con una mezcla de ansiedad y de tranquilidad, e incluso al llegar una hora más tarde de lo acordado, enojado por su demora.

Y entre eso, comencé y fui al grano. Solo le dije: “Solo te quiero decir que fui a hacerme los estudios del VIH y me salieron positivos”. He aquí que hasta este momento en que lo estoy escribiendo tengo el recuerdo de su cara de asombro, de su cara de “¡qué macana hice!”.

Y entre silencios largos y profundos, comencé a darle detalles de mi duda existencial. No recuerdo tanto las preguntas que me hizo, pero sí me acuerdo de mi insistencia en que estos resultados eran confidenciales y que no me gustaría, por el momento, que lo sepa mi entorno. E inclusive, si le llegara a contar a su familia, que trate de no decir la fuente que le confirmó.

Hoy, queridos lectores, sigo sintiendo lo mismo. Mucha angustia que desencadena en insomnios que me logra desestructurar en mis lugares de trabajo.

Sé que hice lo que tenía que hacer y por ahí está la pregunta en mi mente que anda rodando por mi cabeza. Si se hizo los estudios, si ya le confirmaron, quizás es la necesidad de hablar con alguien de este tema, pero opté en esta instancia de dar un tiempo, espacio, para que si quiere charlar, lo haga. No sé si lo hará, si su orgullo será más fuerte, pero lo que sí sé es que a pesar de las diferencias y estilos de vida distinto que llevamos, que a pesar de vivir a media cuadra de su casa, me gustaría que nos ayudáramos en esto mutuamente.

No pienso en un retorno de pareja, pero sí en una amistad, quizás también el tiempo lo dirá… Porque también tengo tantas ganas de abrazarlo, de decirle que aquí estoy, que tratemos de limar las diferencias que nos separaron en algún momento. No lo culpo de nada y él lo sabe, porque fuimos negligentes ambos, y quizás por la confianza, el deseo… todo eso llevó a que no nos cuidáramos.

Hoy veo la vida distinta, y mis perspectivas dieron un giro copernicano. No sé si a algunos/as les paso algo parecido a esta historia para que me aconsejen sobre cómo mirar esto.

Gracias por su lectura.

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