Mi experiencia me ha demostrado, tras 19 años, que la vida es maravillosa y vale la pena disfrutarla, no olvidando a los que no están, los que amamos con locura, los amigos, familiares y un largo etcétera. Yo ya conté mi historia en este espacio, que me ayudó en un principio cuando buscando respuestas lo descubrí y encontré también las oenegés que hacen una labor tan estupenda en cuanto a divulgar información de tratamientos [del VIH] y apoyo en todo momento.
Desde aquí quiero dar las gracias a todas aquellas personas que dedican su tiempo a esta labor tan loable y altruista en muchas ocasiones. Gracias a todas las personas que, de algún modo, regalan su tiempo, desde el ámbito familiar, de las oenegés, y espacios como este que nos permiten contar nuestra historia que tanto nos ayuda nivel emocional. Muchas gracias.