Hace aproximadamente dos meses que afronto esta situación. También me diagnosticaron el virus de la hepatitis B, algo que me tiene muy preocupado, puesto que siento que de este modo mi vida se acorta más. Claro, esto solo lo pienso cuando el maligno entra en mi mente y me hace desfallecer. No me he sentido bien últimamente, espero que sea por los medicamentos que empecé a tomar hace unos días; pero, en realidad, me siento mal desde antes.
Pido la fortaleza necesaria que preciso para seguir adelante y poder cumplir todos los sueños, como un día me propuse a mí mismo, solo con el fin de hacer feliz a mi familia. Es por este motivo que ellos no lo saben, lo que me hace sentir aún más solo en esta batalla que tendré que afrontar. Pero no los quiero hacer sufrir y, sobre todo, tengo miedo a cómo reaccionarán.
Soy de Panamá. Si algún panameño con VIH llegara a leer esto le pido que me avise para no sentirme tan solo y para darle mi correo. Soy gay, esto tampoco nadie de familia lo sabe, pero es lo que menos me interesa ahora. Quisiera que esto fuera un sueño, pero no lo es. A pesar de todo, jamás pensé en colgarme de un árbol ni en echarle la culpa a nadie. Me lo he tomado como una simple piedra en el camino o como una prueba de Dios para ver si confiamos en él y valoramos la vida que nos ha regalado.
Tengo 23 años y lo que le pido a Dios es que ilumine a nuestros científicos para que pueda haber una cura rápido.
Les deseo todo lo mejor; buen día.