Estaba infectada y no lo sabía, pero más o menos sé leer los resultados. Notaba que había algo mal con esos análisis. Luego ya casi al final de mi embarazo, faltando semanas para dar a luz, me hicieron otra vez la prueba y ahí me confirmaron.
Me mandaron con un psicólogo y me explicó muy bien. Lloré, lloré mucho, pero le dije al psicólogo que no había tiempo para llorar que tenía que pensar en mis hijas. Tuve apoyo de mi madre que es mi sostén y mis amigas (confidentes), porque no a todo el mundo se le puede decir estas cosas.
Busqué información vía internet y aclaré muchas dudas con mis doctores. Mi parto fue para mí difícil, porque existía la duda de que mi beba podía haber nacido con la condición, pero gracias a Dios no fue así.
Estoy feliz con mis hijas, trato de compartir mucho tiempo con ellas, brindarle mucho amor y valorar las oportunidades que nos ofrece Dios en esta vida, veo la vida con otro panorama.
Con relación a parejas es un poco difícil de conseguir y hay muchas mentiras, pero ya será, no pierdo las esperanzas. Mientras aparece esa persona, vivo cada instante y súper agradecida de Dios.
Pocas veces llega la tristeza, no hay tiempo para eso y cuando me siento medio triste me zapateo para que se vaya.
Tengo muchos planes incluyendo a mi familia, si Dios me lo permite. Cada día agradezco a Dios. Trato de ayudar a las demás personas que están pasando por esto.
Dios bendiga a tod@s los que forman parte de esta maravillosa página.