Debo confesar que al inicio de la enfermedad me sentí completamente devastado, con un gran sentimiento de culpa y con el pensamiento recurrente de que habían finalizado muchas cosas para mí.
Uno de mis amigos me ayudó de una forma que no puedo terminar de agradecer, ofreciéndome su hombro para llorar cuando lo necesité (que no fueron pocas veces), acompañándome a realizarme los estudios, apoyándome siempre, ayudándome a afrontarlo y con la mejor disposición para que yo estuviera bien.
Inicié el tratamiento casi, casi el mismo mes, con ciertos efectos por uno de los medicamentos, pero recibí de mi médico la mejor consejería y apoyo. Al final actualmente me siento bien. Debo decir también que necesité ayuda profesional porque sí tuve síntomas depresivos durante todo este periodo.
Al final he llegado a la conclusión de que es una enfermedad que no tiene que limitar para nada nuestras vidas. Lo afronto diariamente y aunque siempre está presente en mi pensamiento, creo que lo más importante (y esto aplica para cualquier enfermedad) es el cuidado y seguimiento del tratamiento.
Yo les diría a las personas que pasan por ésta situación que sepan que no están solos, y les aconsejo que se apoyen siempre en las personas que los quieren. También hay que tratar siempre de seguir el tratamiento indicado. Sé que al principio es muy complicado, pero creo que la vida siempre es así y esto tiene que ser un reto más. De igual forma si yo puedo servir para dar apoyo a otras personas, no duden en contactarme.
Agradezco este espacio, tan adecuado para tratar estos temas. Debo decir que me ayudó bastante los primeros días leyendo los testimonios. Muchas gracias.