Con el tiempo aprendí a perdonar

B.

Un día cuando estaba soltero tenía un amigo en Facebook que lo encontraba lindo, pero éramos amigos. La cosa es que salimos a carretear y tomamos ambos. No sé cómo pasó pero terminé muy ebrio y me fui a su casa.

Desperté al otro día mal y sin ganas de nada. Estaba en su cama y ya habíamos hecho eso como dos veces, por lo que él me dijo. La cosa es que no nos cuidamos.

Con el pasar del tiempo no le hablé más a él porque fue cosa de fiesta y sin estar consciente.

Conocí a un chico educado, muy tranquilo y me puse a vivir con él. Entonces yo tenía 22 años. A ojos de todos, él era mi mejor amigo.

Un día me salieron muchos ganglios en mi cuello y me asusté. Me dijeron que era por la enfermedad de los besos (mononucleosis). No sé si la conocen.

Tomé pastillas y todas esas cosas, pero se me quedaron algunos en el cuello y otros desaparecieron. Fui al doctor y me hice una pila de exámenes y al último me dicen que falta solamente el del VIH. Yo pensé: “Aquí cagué”. En ese entonces yo y mi mamá trabajábamos en la misma clínica dónde me hice los exámenes yo solo le pedía a Dios que saliera bien y lloraba escondido.

Mi mamá no tenía idea, nunca supuso que saldría positivo y mi pareja no tenía idea. No lo quería asustar a él. Eso sí, cortamos las relaciones sexuales.

Ahí le cuentan a mi mamá primero lo que yo tenía. Y el doctor me llama. Yo no pude llorar en ese momento, solo me hacía el fuerte para que mi madre parara su llanto de dolor que yo le había causado.

Salí de la clínica, llegué a mi casa y se me vino todo encima. Me quería matar, no sabía qué hacer. Llorando, decidí contárselo a mi pareja y él se puso a llorar. Se urgió y dijo: “me voy a morir”. Solo repetía eso.

Yo me sentía peor día a día. Ya no podía sonreír. Un día mi pareja me pregunta quién fue el último con el que yo estuve. Le dije el nombre e hizo sus consultas. Resulta que aquella persona sabía que tenía el VIH y sin dudar se metió conmigo sin nada, sabiendo el daño que me hacía. Yo lo quería puro matar, y mi pareja también.

Al año de saber que tenía el VIH empecé a tomar medicamentos ya que mis defensas estaban muy arriba. Mi pareja se hizo el examen y le salió negativo.

Le dije que me dejara solo en esta guerra, que él fuera feliz y tuviera una vida normal. Sin dudar se quedó a mi lado apoyándome. Siempre me contiene cuando lloro o estoy mal. Siempre está ahí. Hemos tenido altos y bajos pero él no me deja solo aunque yo sí lo he echado. Es el segundo papá de mi hijo y está feliz junto a mí. Se cuida con condón y dice que el resto de sus días estará a mi lado.

Con el tiempo aprendí a perdonar a la persona que me ha hecho daño aunque mi pareja no, porque dice que él me quitó mi felicidad.

Llevo dos años con el tratamiento y he estado bien. Los doctores me felicitan por estar bien. Mi mamá me apoya y soy feliz aunque sí tenga ese dolor de no sentirme normal al 100%.

Saludos gente y no se caigan por todas las barreras que pone la vida, solo aférrense a Dios que él sanará y encontraremos la cura del maldito VIH.

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