Vivo rodeado de personas jóvenes y hay momentos en que pienso que mi vida será diferente, que no concretaré mis proyectos, que no tendré hijos como siempre quise, que no viviré lo suficiente, que formo parte del mundo que en alguna ocasión llame condenados a muerte… me abruma y mis estados de ánimo fluctúan y no quiero caer en una depresión. Soy fuerte, pero es inevitable.
Mi cantidad de linfocitos es de 648 y en el centro médico me dijeron que la cantidad mínima para tomar el medicamento según la directrices del gobierno venezolano es de 500 linfocitos y el solo pensar la degeneración física, mental que puedo padecer me desmotiva para luchar en la vida.
Pienso que no tengo futuro y trato de convencerme de que puedo continuar, pero hay algo dentro de mí que no me permite asimilar positivamente esta condición y hay veces en que siento tentaciones de hacer lo mismo que me hicieron a mí, infectar a todas las personas posibles.
Por otro lado, no sé cómo decírselo a mi mamá, me asusta el solo pensar en un rechazo como respuesta. Me siento contrariado, mi nivel de pensamiento está acelerado y, lo peor, ¡me siento sin un norte!
¿Qué puedo hacer? ¿Qué será de mí? ¿Cómo puedo convencerme de que tengo mucho por lo que luchar, que esto no es el fin, pero si un comienzo transcendental?