Sin embargo, al llegar a España, estaba enferma y muy débil, oculté lo que realmente sucedía a los vecinos y a la mayor parte de la familia; pero no ha servido de nada, un familiar de la vecina de al lado es la que coge los papelitos de los análisis de seguimiento y le faltó nada para contarlo a diestro y siniestro, podéis imaginar.
Ya estoy bien desde hace meses, pero la aceptación continua siendo nula. Tanto yo como mis hijos somos rechazados, al pequeño que ya tiene 5 años le dicen simplemente que no juegan con él. Mientras, los padres miran impasibles toda la escena, mis niños son preciosos y negativos!
Visto todo esto me estoy mudando a otro lugar, pero la duda me acecha, pues no se si la culpa es mía, si tengo que ignorarlos, si quedarme en casa y ni intentarlo..
Lo que mas me duele es que el pequeño crezca viéndome aislada, en fin, ya es un desahogo contarlo.