Fue muy duro para mí en ese tiempo, pues era algo que no me esperaba. Y a la vez fue triste, ya que tuve que ingresar en un sanatorio por seis meses. No podía salir de ese lugar, solo los fines de semana y con un acompañante. Era para mí como el que está preso.
Es lo más duro que he pasado en mi vida, pero gracias a Dios todo eso ya no existe desde hace un año y poco. De salud me encuentro bien y estoy estable; además, cuento con una maravillosa familia que me quiere.
Soy gay y me encuentro solo. Lo único que me falta en la vida para llegar a sentirme feliz del todo es que llegue esa persona a mi vida que me dé cariño, amor, y que también me comprenda, como yo mismo le voy a comprender en todo.
Saludos desde Cuba.