Al igual que algunos de ustedes estoy pasando por este momento difícil de admitir pensar que tengo el HIV, ¡puedo aceptarlo sí! Y seguir un tratamiento, pero lo más duro es estar sufriendo los dolores que trae consigo este mal, fiebres, sangrados, dolores de día y noche de los huesos, articulaciones, debilidad, etc.
Nadie en mi familia lo sabe, es un tabú para ellos. Estoy lidiando con esto desde hace ya meses y espero recibir el tratamiento pronto. Mi otro aliado se ha vuelto Dios. Pensar y confiar en él hace como si tuviese anestesia en estas circunstancias. A esto no lo llamo VIH sino HIV que debe significar para nosotros Humano Inmunodeficiencia al Virus.
Cuando hayas aprendido a ser fuerte te darás cuenta en un abrir y cerrar de ojos que has llegado al cauce de lágrimas el lugar donde están todos los valientes, porque las grandes y dificultosas batallas las ganan aquellos que nunca se han rendido.
Si terminaste de leer esto es porque te levantarás y sacudirás el polvo de tu ropa y caminaremos juntos sin desmayar. Te repito, las más difíciles batallas las pelean los más fuertes. Abrazos.