No quería hablar con nadie, solo llorar y llorar. Sin embargo, hoy, un día del mes de julio de 2011, las cosas son diferentes: He madurado con el diagnóstico (cambió mi vida), amo más a mi familia y a mi ser en su totalidad.
Me gradué en una carrera, tengo un buen trabajo y he crecido económicamente. Mi estilo de vida ha cambiado: Me cuido más, hago ejercicios y tengo ganas de seguir viviendo y triunfando. Hasta la fecha, sin embargo, no he logrado conocer a la persona con quien pasar el resto de mi vida, pero sé que, en cualquier momento, me encontraré con ese ser tan especial.
Solo deseo decir a las personas recién diagnosticadas que la vida sigue y tiene más sentido, pues uno se da cuenta de su importancia.
Muchos abrazos desde Perú.