Como dice un amigo: "me salí corriendo del ataúd" … ja, ja.
Pero eso no es lo que quiero decirles.
Vengo de un barrio donde la mayoría de los jóvenes se infecta por este virus; mi primo hermano falleció hace dos años y medio. Y lamento que eso suceda.
Al parecer, yo me infecté por medio de una máquina de tatuar: parece raro, pero es cierto.
Lo que me está sucediendo es un motivo para seguir adelante y no rendirme. Un día que amanece es un día que vencemos al virus. Tenemos que seguir adelante hasta que encuentren la tan ansiada cura.
Aún es un sueño, pero por soñar no cobran.
Así que sigo soñando.