Cuando fui a recoger mis resultados aún me acuerdo de que el infectólogo me llevó a un cuarto aparte y me mencionó que no había encontrado ninguna enfermedad venérea o algo así, pero al voltear la segunda hoja me dijo: “Hey, muchacho, encontramos aquí en tu prueba que diste POSITIVO” y me escribió algunas direcciones y ONG donde podía recibir ayuda y demás.
Salí con ese sobre en las manos y caminando hacia la avenida, pensando: “esto es una broma, un mal sueño, o se equivocaron de paciente es lo más seguro”. Eso me repetía en la mente y en ese momento no sabía qué expresión poner ni hacer. Compré un helado y solo volví a casa y antes de entrar llamé por teléfono a mi hermana, y ella me preguntó: “¿cómo te fue?, ¿qué salió en los resultados?”. Solo atiné a decirle: “¿tú qué crees, hermana?”. Al poco rato llego ella y me abrazó y recién solté a llorar. Esto era algo nuevo para mí y aún más para ella. “¿Por qué a mí? ¿todo siempre a mí?”, le decía mientras la abrazaba y fui a cama y dormí.
En los siguientes días nos pusimos manos a la obra a buscar información del tratamiento, lugares y todo lo concerniente al tema. Vi a mi hermana movilizando y haciendo uso de todo su conocimiento y habilidades en salud para que yo empezara de una vez con el tratamiento. Eran épocas de fiestas de fin de año de 2019 y había algunos lugares que no atendían hasta después de culminado los festejos. Hicimos todo lo necesario y yo siempre estuve presto en seguirle el ritmo, pero teníamos que esperar a que pasaran esas benditas fiestas. Por supuesto, yo no tenía nada que festejar esa noche.
Empezó el año 2020 y, ahora sí, con todo habilitado no había excusas. Fuimos aquí y allá y las citas eran algo largas. Todo era cuestión de fe y paciencia y poco a poco fui dando mis primeros pasos en este tratamiento. Me entregaron los resultados de mi carga viral que dio 102.000 copias y mis defensas en 209 CD4. Yo me sentía optimo y algo en forma, ya que siempre entrenaba en el gimnasio. Realmente, nadie sospecharía si me viera, pero la realidad era otra, como ya les estoy contando.
Un 21 de enero empecé a tomar este tratamiento 3 en 1 que hasta ahora ni me aprendo los nombres, pero sí soy disciplinado en tomarlas y siempre a la hora que corresponde. La doctora con la que estuve charlando y fue algo coqueta y sarcástica conmigo, me dijo: “Esto quizás te produzca diarreas, fiebres, náuseas, salpullidos y hasta ‘sueños extraños’". De todos esos síntomas lo más extraño fue para mí pasar por dormir y dormir y soñar la primera semana con Lilo y Stich y Maluma Baby. Respecto al resto, un poco de diarrea.
Volví de nuevo al consultorio con mi doctor y me dijo que me quedara con esa medicación, ya que no habían surgido mayores complicaciones en mí, ya que si no tendría que cambiar la "estrategia". No profundice más en el tema y me dio cita para 3 a 4 meses después, en los cuales ya mi carga viral debe haber bajado y mis defensas subido y estoy en esa espera de tiempo.
Mientras tanto, hago una revisión de mi vida, de cómo la estuve llevando porque hasta allí parece que todo va bien. Era yo un tipo bastante optimista, de 30 y tantos años, soltero, acabando mi carrera, tenía pocas amistades, una familia que siempre me apoyaba… Siempre quise volver a enamorarme de nuevo y creo que por allí empiezan los errores que cometí, quizá con gente equivocada, relaciones fugaces, sexo casual, etc. Fui un tonto por cómo encaminé mi vida hasta este punto y me llenaba de cierto coraje y hasta cólera de cómo habían acabado mis 2 ultimas relaciones ya que siempre me consideré una persona leal, integra y dedicada a mi pareja para que al final no llegue a ningún punto con ellas y no por mí, sino por ellas y algunas malas circunstancias que atravesábamos. Aun así, no le echo la culpa a nadie y solo yo me hago responsable de mis acciones. Me empezaba a decir: “qué tonto, malgasté tiempo, fuerzas, compromiso con estas personas y mira…hoy me siento solo… Bah, desde hoy voy a aventurarme en noches y madrugadas en conocer nuevas chicas y ver qué puedo encontrar” y nunca medí las consecuencias de mis actos.
Ya en este punto de mi vida fui radical en muchas cosas y me aparté de todo ese mundo de libertinaje, alcohol, drogas, cigarro, etc. Hoy me alimento sano, me apoyo en mis hermanos y buenos amigos. Siento que me he quedado con pocas personas que no saben de mi diagnóstico, pero que siempre velan por mí. Tengo deseos de emprender nuevas y buenas cosas para mi vida, incluso deseo tener un perro y un gato como nuevos compañeros. ¡Ah! Y también tomo bastante agua, como un caballo. Siempre dicen que hay uno en la familia que es el más querido y el más jodido a la vez, en mi país así lo dicen, y siento que soy yo en mi familia, pero no me siento mal. Al contrario, me siento especial.
Esta realidad y esta lucha es diaria, nunca se cansen, nunca desmayen, hay días grises, negros. Lo siento, a veces lloro y me entristezco, la soledad me inunda. A veces tengo miedo, pero comprendo que es algo inevitable en este proceso, pero les digo mis amigos que nunca se cansen de dar y dar lo mejor de sí para sus vidas y para los demás, por más jodido que te sientas y aún estés en pie, siempre hay algo para ofrecer y darle más a la vida. Guardo aún la esperanza de encontrar un nuevo amor, conocer gente "positiva" y emprender cosa nueva.
Esto fue un pequeño resumen, me gana la noche y ya todos duermen. Un abrazo fuerte para todos y ánimos. Se le quiere a la distancia. Bendiciones.