Fue muy difícil para mí afrontar el diagnóstico y me llené de miedo y angustia. Dos días después, el 18 de diciembre me hospitalizaron porque me detectaron una bronconeumonía. Estuve una semana en el hospital pensando en qué sería de mí, cómo superaría esto…
Sin embargo, hoy en día me siento muy contento de contar con el apoyo de mi familia. Aún no he contado a nadie lo de mi enfermedad por miedo al rechazo. No obstante, me siento más fuerte que nunca. A mi corta edad he aprendido muchas cosas y veo el mundo de otra manera.
No les miento, aún tengo esa sensación de angustia por temor a quedarme solo pero trato de ser lo más fuerte posible.
La vida sigue y solo uno decide si caer o seguir adelante.