Amo a un hombre con el VIH pero me ha dejado por otro

J-anónimo

Los primeros días todo era maravilloso, muy lindo. Luego fue pasando el tiempo y comenzaron los problemas, creo que lo normal en toda pareja. El nuestro [problema] era que yo sí estaba enamorado y él no, pero le gustaba estar conmigo y quería seguir a mi lado. Le costaba hablar de sus sentimientos aun cuando yo sabía por sus actitudes que no me amaba y eso siempre fue nuestro problema, llegar a entendernos emocional y sentimentalmente.

Siempre que intentaba abordar el tema, él lo rechazaba y comenzaba a llorar, pero no quería dejarme, quería seguir. Cuando él iniciaba el tema, yo esperaba ansioso por escuchar lo que ya sabía, que no me amaba, o por llevarme la sorpresa de que sí, pero nunca podía llegar a ese punto, siempre se detenía justo allí, donde me iba a decir si me quería o no y yo sufría también por ello. Él lloraba muchas veces y así paso el tiempo y yo seguí insistiendo en estar con él aun cuando lo dejé muchas veces y él me buscaba y volvíamos.
 
Lo presioné para que viviéramos juntos, le dije que quería estar más cerca de él y que esa sería una mejor manera de poder compartir más, porque yo vivía en una ciudad a 40 minutos de la suya, y además él es piloto. Ya se podrán imaginar con qué frecuencia nos podíamos ver, cuando él parecía una hoja movida por el viento.
 
Ya viviendo juntos, pasamos muchos momentos lindos, sí, como en toda relación, pero siempre tuvimos el mismo problema: él no sabía qué sentía y yo esperaba que él lo pudiera entender, y eso siempre fue un problema porque yo sé que no me amaba, pero sí me quería, le daba un beso y se alejaba, o me cambiaba el tema cuando se iba a hablar de sentimientos. Entonces, dejé de insistir y de querer estar así con él, sin saber qué quería. Mucho tiempo después, entre pleitos de dejarnos nuevamente, me preguntó llorando: Nos amamos, ¿verdad? Yo, extrañado, le dije, sí, nos amamos y nos abrazamos y seguimos, pero nada avanzó en ese tema desde allí.
 
Él siempre estuvo revisando Grindr, gayromeo y esas aplicaciones, yo desde que empecé con él lo dejé claro: no quiero eso y quiero que aclaremos el tema, porque si es abierto, entonces lo usamos los dos (es decir, una relación abierta). Él dijo: no, yo quiero una relación de dos, eso es solo diversión, por hablar con alguien, nada más, pero yo no me encuentro con ellos. Y nada, eso siguió.  Veía cómo su teléfono para nada lo soltaba y siempre ocultaba lo que hacía, pero ese color amarillo intenso de Grindr se ve a distancia.
 
Le dije siempre: por favor, cuídate, que si te cuidas a ti, me cuidas a mí de cualquier cosa, y él decía que no hacía nada, que no se encontraba con nadie, pero yo sabía que él usaba esas aplicaciones, aunque me lo negaba a muerte.
 
La relación ya estaba bien mal por problemas de sentimientos, al final era yo que no quería decirle si lo amaba o no y él me lo preguntaba mucho, me acosaba para que le dijera qué sentía, si lo quería o no, porque él quería recuperar la relación, y yo sabía que apenas le dijera "te amo", él se volvía a meter en su caparazón y de ahí sacarlo iba a ser difícil. Por eso, le insistí que no lo amaba más (cuando lo sigo amando con locura). Lo herí mucho con esa respuesta, pero es que yo estaba terminando también de estudiar en ese momento y quería concentrarme en mis estudios y pasar mis pruebas finales, y él presionándome con eso cuando no podía hablar de sentimientos.
 
Estuvo dolido por eso y yo ya había terminado de estudiar, estaba decidido a dejarlo por nuestros problemas, que en realidad eran muchos, pero el del amor siempre fue el detonante.
 
Yo me fui a Valencia a pasar la Navidad, él se fue a México a trabajar. Allá salió con un colombiano, que supuestamente estaba muy guapo. Él tenía ganas de sexo y, como nosotros desde hacía más de 5 meses no teníamos relaciones, y no porque yo no quisiera, siempre le insistí, y él no quería porque solo tenía relaciones cuando tenía sentimientos con esa persona y esa persona por él, entonces ni el sexo podíamos disfrutar.
 
En enero se sentía súper mal, le dio fiebre, vómitos, mareos, sudoraciones nocturnas enormes. Estaba mojado en sudor todas las mañanas. Tenía dolores musculares, le salieron unas cosas en la garganta. Yo le cuidé, le hice sopa, le daba un antiinflamatorio, le acompañé al médico y todo bien. Supuestamente era una gripe, hasta que seguía con esos malestares y un amigo del médico le dijo que por favor fuera otra vez y que se dejara chequear bien.
 
Fue solo a la segunda cita médica. Yo seguía buscando trabajo y me apliqué en muchas empresas, en todas las partes del país. Unos días después lo vi triste, con los ojos rojos, no me hablaba mucho. Una noche regresó a casa, se sentó en mi habitación, porque ya dormíamos separados, porque, aparte de ser piloto y tener problemas con el sueño, de verdad ya casi no teníamos relación, pero vivíamos juntos.
 
Siempre andaba detrás de mí para recuperar la relación y yo de verdad estaba cansado, nunca avanzábamos en la conversación, y pensé de verdad en dejarlo. Una noche me dijo: Quiero hablar contigo, algo que quede entre nosotros, y me causó mucha inquietud por cómo lo dijo, y no pensé nada solo dije: ¿A ver qué es? Me contó que en diciembre, cuando yo me fui a Valencia, él trabajaba en México y otros días en Vancouver (Australia). Allá conoció a dos chicos y tuvo relaciones sexuales con ellos. Él de México, el otro un colombiano, guapo según sus detalles, quería sexo sin condón y, en una de esas, se lo quito cuando él no quería, pero ya era tarde, estaba dentro de él. Los exámenes que le hicieron en la segunda cita médica arrojaron que era VIH+.
 
Me dio de todo, me quedé frío, me sentí mal por dentro, no sabía qué decir. Estuve sin decir nada por algunos minutos; él lloraba, sus dos amigos más íntimos ya lo sabían antes que yo. Me levanté, fui a tomar agua, lloré, le dije que por qué lo hizo. Le pedí tantas veces que se cuidara para que me cuidara a mí también, le pedí que fuera honesto y me dijera si quería una relación abierta o solo entre dos, y siempre me dijo que no quería una relación abierta. Yo no tengo VIH, no tenía relaciones con él desde hacía 5 meses. Me fui a hacer mis exámenes días después y la prueba en mi caso dio negativo al VIH.
 
Me dolió muchísimo, porque lo amo, lo amé siempre, lo quería siempre para mí. Al siguiente día, nos abrazamos en la cocina y lloré como un niño a su lado, él también. Me dijo que todo estaría bien, que lo íbamos a lograr juntos o bueno, si no él solo, por su parte, porque estábamos desde hace meces ya rotos. A lo que yo respondí: lo lograremos juntos. Pero me dolió mucho por saber que lo amaba tanto y que cómo le podía pasar eso a él, a la persona que yo más amo, él estaba raro pero, a veces, igual que siempre.
 
Después me salió un trabajo al norte, solo por 6 meses. Le dije que volvería, que no se preocupara. Como ya desde hace tiempo estábamos rotos por dentro, seguían los problemas, discutimos muy fuerte. Quería saber todavía si yo lo amaba y qué sentía. Después de tantas cosas, ya no sabía qué sentir y le dije que no sentía nada por él. Le dolió y me echo de su casa, luego seguía detrás de mí, y era mucho para mí, era pensar en todo: VIH + Grindr + nuestros problemas + mi carrera profesional + que no puede hablar de lo que siente sin dar tantas vueltas. Aparte que siempre me decía que tenía miedo de quedarse solo y no encontrar a nadie, lo que más me daba la sensación era que yo era su tabla de salvación y no su amor, por eso no acepté y me fui al norte.
 
Seguíamos en contacto de vez en cuando. Lo visité tres veces, él nunca vino a visitarme, y siembre fui con ganas de verlo, estaba pendiente de su salud, le preguntaba, y él alguna que otra vez sacaba el tema de qué somos… que qué quería yo con él. Cuando lo fui a visitar, le dije: danos tiempo de encontrarnos, de sanar, deja que termine este trabajo y yo vuelvo, son solo algunos meses más. Siempre vengo, y pensé: Él se daría tiempo, y así, cuando regresara, podríamos volver a retomar todo y de este modo pensar en realidad qué queríamos, si nos extrañamos.
 
Yo pensé que él en realidad necesitaría tiempo para afrontar todo lo del virus, la relación, nuestros problemas. Siempre le dije: me avisas cómo te sientes y pues para pensar un poco y mejorar y yo así también trabajar y olvidar lo malo. Le dije que viniera adonde vivo ahora, mientras toma sus medicamentos y, así, no tiene que ver a su familia que no sabe nada al respecto.

Nunca me vino a visitar, él se había comprado una casa y la estaba remodelando para mudarse, yo le ayudé con la mudanza cuando fui. Pero hace poco, estando en mi trabajo, él me escribió y yo, contento de saber de él, me contó que se fue una semana de vacaciones y conoció a un colombiano de 21 años (él tiene 37), que supuestamente se enamoraron, que se entienden muy bien, que con él puede hablar de todo, que es encantador y que encuentra paz en él. Me envió hasta una foto de lo bien que se ven.
 
Me dolió profundamente, sobre todo por cómo me lo dijo. Le comenté que me dolía, él se extrañó y me dijo que no sabía que yo aún lo amaba. El hecho es que está ahora enamorado de ese chico, están locos de amor. El chico está completamente enamorado de él. Intenté hablar con él, fui hasta donde vive y nos vimos. Él supuestamente está enamorado de ese chico, me contó cómo se quieren, pero que tiene miedo de que ese chico solo sea una ilusión y que se quede sin mí y sin él, porque aparte el chico aún no sabe que él tiene VIH desde hace 6 meses y no sabe si lo rechazara, pero tiene esperanza, porque dice que lo ama y pues están en eso, saliendo, queriéndose.
 
Y ahora yo aquí lejos de él, solo, regreso en menos de dos meses nuevamente al sur, como lo tenía planeado y ya no estaré con él. Pensaba que en algún momento podríamos recuperar la relación cuando yo esté allá, que no me importaba si el virus está en él porque él no es el virus. Lo iba a apoyar en todo hasta el final, podríamos llevar esto sin contarle nada a su familia como él quiere. Podríamos ir a terapia de parejas para que nos ayudaran con los temas fuertes.
 
Esa es mi historia. Amo a un hombre con el VIH, pero me ha dejado ahora por otro. Disculpen lo largo, pero sé que encontrarán el amor de sus vidas, todos lo encontraremos. Porque ustedes no son el VIH. De este lado hay gente que los entiende y que los ama por lo que son. Sí, hay mucha gente desinformada, pero poco a poco eso irá cambiando y verán que encontrarán el amor de sus vidas.

Ánimo y no se dejen vencer por nada. Saludos

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