La dependencia de los medicamentos te hace un títere del juego del hambre y la miseria. Pero, ¿qué hay del amor? Nadie se atreve a despertar de esta realidad y si no estás infectado te importa un comino estar con tus placeres sin cuidarte.
Dios, esto es una locura. He perdido muchas personas amigas y sin ser pesimista les advierto que seremos menos cada día. Pero la libertad de ser nobles amigos leales, y compañeros nadie no las quita.
Por eso esta reflexión está abierta a tus comentarios. Nadie es dueño de la vida de los otros pero sí de la propia. Cuídate si no tienes esta infección y conoce bien con quién quieres estar antes de entregarte sexualmente. Hay otras enfermedades que pueden darte un giro inesperado a tu salud.
Soy psicoterapeuta y descubrí mi libertad en la piscología positiva. Amo la libertad de amar en silencio.