En eso me tomo un momento para llamar a la persona y me dice: “Estoy en una clínica y me he hecho dos pruebas y me sale que tengo el VIH, he estado llorando todo el día, ¿tú tienes eso? ¡¡Necesito que te hagas un examen urgente Ya!!”.
En ese momento, al colgar el teléfono ciento como la sangre fría sube por mis venas y llega hasta mi cerebro. Mi piel se eriza, mis labios se me resecan, mi cuerpo se entumece, mi mente queda nublada, y empiezo a palidecer. Me pregunto qué hago, qué hare.
En ese momento busco a alguien en quien confiar, pero no tengo a nadie. Luego recuerdo un amigo que conocí hace un mes y me armo de valor y lo llamo y le pido que nos veamos, que me pasó algo grave, en fin nos vimos. Nos encontramos y respiré profundo. Él me preguntó qué me había pasado. Fue allí cuando le dije que una persona con la que tuve relaciones sin protección me llamó para decirme que era seropositiva. Sé lo que están pensando: “¿Cómo puedes confiar en alguien y decir un secreto de tal magnitud a una persona que conoces desde hace solo un mes?”. Lo sé, yo también me lo pregunté, pero sentí que había una verdadera confianza entre ese amigo y yo.
En ese momento me pide que vayamos a alguna parte para hacerme los exámenes. Fuimos a tres partes y ya no había exámenes a eso de las 4:00pm. Me tocará esperar hasta mañana temprano para realizarme estas pruebas. Él me decía que todo estaría bien, que pasase lo que pasase podría contar con él, que no me dejaría solo.
Al llegar ese mismo día a mi casa no podía dejar de pensar en cómo cambiaría mi vida. Recuerdo que entré al baño, me miré y me eché a reír de mí mismo. Me dije: “No tienes nada de qué molestarte, sabías lo que hacías. No fuiste un niño inocente, sabías que te exponías cada vez que lo hacías sin protección”. Ojo, yo no sabía quién era seropositivo o seronegativo, solo disfrutaba del sexo como cualquier otra persona.
En ese preciso momento acepté que yo tenía el VIH, que yo era seropositivo. Sin siquiera hacer el primer examen ya lo había aceptado todo, las consecuencias que tendrá y me dije: “Todo lo que me pasa es por las acciones que uno hace y la vida se encarga de pasa”. Ojo, no hice ninguna cosa mala (yo lo llamo Karma).
Luego de eso agarré mi dispositivo y le escribí a la persona que me había llamado y le dije: “No sabía que tenía el VIH. A lo mejor me infecté hace meses, perdóname”. Esta persona me respondió: “Eres cruel, sabías que lo tenías, a lo mejor ya estás en tratamiento y no dijiste nada, por eso me buscabas. Júralo por dios que mi pareja no lo tenga porque te hare saber que no estudié en vano, te destruiré moralmente, sé que me moriré, pero antes de eso iras preso”. A lo que le respondí: “Por dios, yo no lo sabía, te lo juro. Mis exámenes me los haré el lunes (22/05/2017)”.
En eso me bloquea y no vuelve a escribirme más. Le escribí al amigo al que había confiado mi secreto, que también es abogado, y le conté lo ocurrido y me dijo que yo no podía ir a la cárcel porque ni yo mismo sabía que tenía este virus (aun sin el primer examen).
Señores, yo acepto desde ya que tengo el VIH, porque mi vida sexual era muy activa y es por eso que lo acepto sin antes ver mi examen. Lo acepto desde ya y solo mí me tocaba pensar en quién pudo haberme infectado.
Esa misma noche no pude dormir. Pensé, como todos, en suicidio, pero luego recordé que solo haría algo por mí y no por los que me quieren. Pensé en lo que sería de mi mamá y mi papá si me suicido, en que sería de mi hermano, de mi sobrina, de mis tíos (que son como mis padres porque con ellos vivo ahora)… Creo que no, no podría dejarlos con ese profundo dolor que sentirían al yo pensar solo en mí.
Recuerdo que esa misma noche soñé con esa persona, que me dio la noticia hoy en la tarde se había suicidado y yo estaba preso. No pude dormir, me senté en mi cama y me puse a pensar en cómo se pondrían mis padres al recibir esta noticia. Llegar y decirles: “mamá, papá, tengo sida”.
Sí señores, una vez que tenga mis exámenes y salga positivo (porque estoy 1000% seguro de que así será), iré a casa y me armaré de valor y se lo diré porque ellos me aman y no hay mejor apoyo en este mundo que el de tus padres. Ellos no tienen la culpa de lo que me haya pasado, este error lo cometí yo y nadie más.
Saben pienso que así lo quiso la vida, que las cosas llegan a ti por una razón, una buena razón para mejorar. Siempre quise cambiar este mundo y creo que con esta nueva vida que tendré puedo hacerlo. Creo que todos nosotros podemos, porque somos más no menos.
Me gustaría que las personas que eran aquí todos dedicáramos un minuto de cada día de su vida a esta página, por que como muchos todo nos sentimos solos y venimos en busca de ayuda de ser escuchados y no a todo les paso como a mí que yo tuve un amigo que dio su apoyo luego de 5 minutos de recibir la noticia.
Estaré por aquí nuevamente al recibir mis resultados mañana. Sepan que pueden contar conmigo y espero poder contar con ustedes porque necesitaré mucha ayuda en cuanto a información con los medicamentos y alimentación.
Yo soy de los que dice que TODO es mental, todo está en la mente. Tú puedes controlar tu mente, ella no te controla a ti. No es el fin del mundo, al contrario, es un nuevo un mundo para perdonar hacer las cosas bien y seguir adelante.
Lo que crees, creas. Nos vemos prontico.