Transmisión parenteral

La transmisión parenteral es aquélla que se produce por medio del contacto directo con sangre infectada.

El equipo de gTt

El VIH se transmite con facilidad al compartir agujas, jeringuillas u otros materiales contaminados usados para la inyección de drogas, así como otros dispositivos que penetran en la piel (por ejemplo, agujas de acupuntura, tatuaje o piercing). También supone un riesgo el empleo compartido de ciertos objetos susceptibles de albergar sangre, como instrumentos para esnifar drogas en polvo, cepillos de dientes o cuchillas de afeitar. En caso de que tengas que compartir alguno de estos elementos, es recomendable desinfectarlos cuidadosamente con alcohol o lejía después de cada uso.

Las transfusiones de sangre y derivados constituyen otro ejemplo de transmisión por vía parenteral, si bien la implantación de rigurosos controles en los bancos de sangre ha reducido esta posibilidad al mínimo. Los accidentes laborales en la práctica clínica (como es el caso de un pinchazo accidental con material infectado) son otra forma de contraer el virus.

En España, la mayoría de las personas que viven con VIH lo adquirió al compartir jeringuillas contaminadas. Sin embargo, medidas como la implantación de programas de intercambio de jeringuillas han llevado a que los nuevos casos de VIH por esta vía de transmisión hayan disminuido en los últimos años, hasta situarse por detrás de las relaciones heterosexuales y homosexuales sin protección.

Es muy recomendable que las personas que consumen drogas por vía intravenosa utilicen su propio material de inyección y preparación de la dosis. Una vez utilizadas la jeringuilla y la aguja, se pueden entregar a algún servicio de recogida e intercambio de estos materiales. Si estos servicios no existen en tu zona y no es posible disponer de jeringuillas desechables, conviene limpiar el material utilizado con una solución de lejía y utilizar cucharas limpias y algodón o filtro propio.

Cómo limpiar el material de inyección:

 

  • Limpiar con agua las jeringuillas y aguja para eliminar los restos de sangre
  • Posteriormente se sumergen en un recipiente en lejía diluida con agua alrededor de un minuto
  • Esta dilución se ha de aspirar por la aguja con tres succiones enérgicas
  • Finalmente, se aclara con agua de la misma manera evitando que no queden restos de lejía. Dicha dilución pierde sus propiedades al cabo de un tiempo por lo que debe prepararse diariamente

Fuente: Elaboración propia.
Referencias:

  • Instituto de Salud Carlos III. Centro Nacional de Epidemiología y Ministerio de Sanidad y Consumo. Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida. Vigilancia epidemiológica del VIH en España. Valoración de los nuevos diagnósticos de VIH en España a partir de los sistemas de notificación de casos de las CC. AA. Periodo 2003-2006. Actualización: 30 de junio de 2007.
  • http://www.isciii.es/htdocs/pdf/nuevos_diagnosticos_ccaa.pdf
  • ¿Cómo se transmite el VIH al consumir drogas?’, Ave Fenix, nº 28, diciembre 2008, C.P. Monterroso (Lugo), 46-47.

 

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