Introducción
Aunque el VIH suele encontrarse en diferentes fluidos corporales, sólo la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna contienen virus en cantidad suficiente como para comportar riesgo de infección.
Transmisión parenteral
La transmisión parenteral es aquélla que se produce por medio del contacto directo con sangre infectada.
Penalización de la transmisión del VIH
En numerosos partes de todo el mundo se está extendiendo la persecución por vía penal de la transmisión involuntaria del VIH. Se trata de una medida irracional que viola los derechos humanos de las personas afectadas por el VIH (y, por tanto, de la sociedad en su conjunto).
Además, lejos de haber ninguna prueba que indique que se trata de una medida eficaz en la lucha contra la pandemia, los expertos advierten de que pone en peligro los esfuerzos que se realizan en materia de prevención.
Para más información sobre este tema, puedes consultar el apartado de Penalización de la transmisión en VIH, discriminación y derechos.
Reinfección y superinfección
Durante mucho tiempo, la reinfección fue tan sólo una posibilidad teórica. En cambio, desde hace unos años, sabemos con certeza que una persona con VIH puede volver a infectarse con otra variante del virus, como lo prueba la existencia de varios casos documentados.
Transmisión vertical
El virus puede transmitirse de una madre con VIH a su hijo durante la gestación, el parto o la lactancia a través de la placenta, la sangre o la leche materna.
Transmisión por vía sexual y “declaración suiza”
Además de en la sangre, el VIH puede estar presente en el semen, el líquido preseminal y las secreciones vaginales, anales y menstruales en cantidad suficiente como para resultar transmisible.