Cuando una persona descubre que tiene el VIH es posible que se sienta diferente respecto a sí misma. La experiencia puede ser tan traumática como para provocar el abandono de la actividad sexual, al menos de forma temporal, y afectar a otros aspectos de la vida. Muchos, al saber que tienen el VIH, se sienten menos atractivos física y sexualmente, y pierden la confianza para entablar citas amorosas o relaciones sexuales.
Algunas personas con VIH pueden desarrollar actitudes muy negativas hacia ellas mismas y hacia el sexo. Podrían sentirse culpables por la manera en que practicaron, o están practicando, el sexo, y preocuparse por el riesgo de transmitir a otras personas una enfermedad potencialmente mortal y estigmatizadora. También pueden sentir rabia hacia la persona o personas a las que culpan de haberles infectado.
Un diagnóstico de VIH puede aumentar, asimismo, los sentimientos negativos respecto a la propia identidad. El VIH se ha empleado como arma política y moral para criticar y estigmatizar a los grupos más afectados, como los hombres gays y las personas usuarias de drogas inyectables.
Es importante que tengas presente que el virus de la inmunodeficiencia humana es una infección que no debe implicar ni un juicio moral ni un castigo.
También es común sentir ansiedad ante la posibilidad de infectar por VIH a las parejas sexuales, y ello puede ocasionar una disminución del apetito o de la capacidad sexual.
Igualmente, puede generar ansiedad tener que explicar que se tiene el VIH a las parejas sexuales, pasadas, actuales o futuras. Ésta puede ser una tarea desalentadora y te puedes plantear si quieres o no quieres explicarlo a tus parejas y a cuáles de ellas.
Piensa cómo y cuándo vas a explicar a alguien que tienes el VIH y cómo vas a reaccionar si esa persona te rechaza. A pesar de que muchas personas infectadas mantienen relaciones duraderas con parejas seronegativas, o relaciones con parejas ocasionales, lo cierto es que también mucha gente rechaza a las personas con VIH. Esto puede ser doloroso (y, en ocasiones, podría incluso poner en riesgo tu integridad personal), por lo que es importante que desarrolles una estrategia que te permita abordar esta circunstancia en caso de que se produzca.
Revelar el estado serológico no siempre es tarea fácil. Las posibilidades sobre cómo hacerlo son tantas y tan variadas como lo son la diversidad de personas con VIH. Te señalamos aquí algunas estrategias que han resultado útiles para ciertas personas.
- En encuentros en bares o discotecas, algunas personas optan por decirlo al principio de la conversación, antes de que empiece el cortejo. Se trata de una forma de ir al grano que permite evitar la pérdida de tiempo y adelantarse a un posible rechazo antes de establecer vínculos emocionales con la pareja. Otras personas intentan buscar un momento más propicio para introducir la información, en un punto más avanzado de la conversación.
- Aunque revelar de forma verbal y directa el estado serológico sea, probablemente, el modo más efectivo de comunicarlo, se requiere de ciertas habilidades y tener confianza en uno mismo. Algunas personas se sienten más cómodas diciéndolo de forma indirecta, introduciendo el VIH en una conversación de una manera más abstracta, por ejemplo, hablando de amigos o amigas que viven con VIH o comentando el trabajo que realizan en una organización de VIH…
- Otra estrategia que utilizan algunas personas para revelar que viven con VIH sin tener que decirlo directamente consiste en dejar, durante una conversación, la medicación antirretroviral a la vista o tomar el tratamiento mientras se dialoga.
- A algunas personas que emplean internet para contactar y conocer a otras les ha resultado útil poner en su perfil que viven con VIH. Esta estrategia permite, por un lado, descartar a aquellos navegantes que tienen dificultades para relacionarse sexualmente con personas con VIH y, por otro, atraer a otras personas infectadas, o incluso a personas sin el virus, que han desarrollado sus propias estrategias para practicar sexo con una pareja positiva.
Un número considerable de personas con VIH tienen parejas seronegativas. Muchas parejas practican sexo con protección en todo momento, pero para otras esto resulta difícil o imposible y, sin embargo, están dispuestas a aceptar el riesgo de que la pareja sin VIH pueda adquirir el virus. En ocasiones, los desequilibrios de poder en una relación pueden hacer que, aunque uno de los miembros de la pareja quiera practicar sexo seguro, el otro insista en no utilizar condones.
El VIH puede asimismo provocar que, en una relación, se pierda intimidad sexual. Cuando esto ocurre, puede ser muy útil encontrar otras maneras no sexuales de disfrutar de la intimidad.
Algunas personas con VIH deciden mantener relaciones sexuales únicamente con otras que también tienen el virus (una práctica que se conoce con el nombre de serosorting). Esto puede deberse al deseo de no exponer a la pareja a una posible infección. Otras veces puede ser por un deseo de practicar sexo sin protección con otras personas seropositivas. Este tipo de práctica puede ser placentera e íntima, pero existen algunos riesgos para la salud, como las enfermedades de transmisión sexual, la infección por hepatitis B y C, y la posible reinfección por una cepa distinta del VIH.
Referencias:
- gTt. Montárselo en positivo. Una guía de salud sexual para las personas que viven con VIH. 2ª edición, ampliada y mejorada; otoño 2007.
- Eddens S. Let’s Talk About Sex. The Body (www.thebody.com).
Suscríbete a los boletines
Utiliza este formulario para suscribirte en los diferentes boletines. Si tienes cualquier problema ponte en contacto con nosotros.
Al continuar, confirmas que has leído el aviso legal y aceptas la política de privacidad.