Todas las personas estamos formadas por un cuerpo, una mente y un espíritu que actúan como un todo. Para que la unidad que somos disfrute de buena salud, paz y felicidad, las tres áreas de nuestro ser deben funcionar en perfecta armonía; si una de ellas se desequilibra, ineludiblemente afectará a las otras dos, lo que repercutirá sobre nuestra salud física, mental y espiritual.
En la sociedad actual damos mucha importancia a nuestro cuerpo, a esa parte más visible de nosotros y nosotras, y es ahí donde ponemos la mayor parte de nuestro esfuerzo; nos gusta tener un físico saludable y atractivo, mirarnos al espejo y sentirnos bien con nosotros mismos; si esto no sucede por alguna causa, como puede ser el resultado de una enfermedad, nos sentimos tristes y frustrados. Es normal que suceda, ya que todo a nuestro alrededor se mueve en torno a lo material.
En segundo lugar, prestamos atención a nuestras emociones y pensamientos, a nuestra parte denominada mental. Pero, ¿sabemos el poder que nuestra mente ejerce sobre nuestro cuerpo y nuestro espíritu? Mahatma Gandhi decía que “la enfermedad es el resultado no sólo de nuestros actos, sino también de nuestros pensamientos”.
La tercera gran área de nuestro ser es el espíritu, que nos conecta con nuestra parte más interna, con nuestro significado existencial, con los niveles de consciencia profundos donde se guardan todos los potenciales para ser descubiertos.
En este apartado de Bienestar queremos aportarte sugerencias para que “estés bien contigo mismo”, para que mejores tu calidad de vida, te sientas saludable, equilibrado y sereno, y para que el camino de convivir con el VIH se convierta en un camino de aprendizaje.
Según Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke, “sólo existe la enfermedad determinante del ‘malestar’ del individuo. Todos los síntomas tienen un sentido profundo para la vida de la persona: nos transmiten un mensaje en el ámbito espiritual, y de su adecuada interpretación dependerá nuestra capacidad de recuperarnos”.
Hoy en día, se tiende a considerar el VIH como una enfermedad crónica y, al menos en los países desarrollados, contamos con medicación antirretroviral y profesionales sanitarios con experiencia.
En este proceso de curación, podemos adoptar dos papeles: un papel pasivo, en el cedemos la mayor parte de la responsabilidad a los médicos, o un papel activo, en el que colaboramos estrechamente con nuestro médico en la mejora de nuestra salud.
Esta sección será un punto de encuentro donde te ofreceremos artículos sobre cómo mantener tu cuerpo en un estado saludable, temas de psicología positiva para que te sientas mejor emocionalmente, y terapias complementarias que se pueden compaginar con los tratamientos alopáticos.
Te proponemos un viaje como dice Lao Tse. Tú decides si quieres dar el paso, nosotros te brindamos la información. Tu cuerpo es un templo que cuidar y amar, tu mente, el huésped que habita en el templo y tu espíritu, ese tesoro escondido dentro del santuario. Disfruta del viaje hacia el bienestar.
- Referencia: Dethlefsen T, Dhalke R. La enfermedad como camino. Un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades. Editorial Debolsillo, 2003.
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