El masaje terapéutico cumple una función estimulante del sistema inmunitario y es muy recomendable para personas con VIH, ya que ayuda a eliminar las sustancias tóxicas de desecho que se acumulan en nuestros músculos debido a un esfuerzo excesivo, a la tensión o a la ingestión de una medicación continuada.
A través de los distintos movimientos del masaje, como estirar, frotar, amasar…, los músculos van aligerando la tensión y se incrementa la circulación sanguínea; de este modo, se acelera el proceso de eliminación de desechos tóxicos y aumenta la capacidad de llevar nutrientes a las células.
Al mejorar la circulación, llega más sangre y oxígeno fresco a los tejidos, aumenta la producción de glóbulos blancos y rojos en la sangre, y mejora la circulación de los líquidos linfáticos. Todo ello ayuda a que el cuerpo se recupere más rápidamente de la enfermedad.
También está demostrado que el tacto estimula el sistema inmunitario. El contacto físico equilibrado y curativo entre un masajista profesional y un paciente es muy beneficioso, dado que la persona que recibe el masaje se siente cuidada y protegida. Además, en un ambiente relajado y con la ayuda del terapeuta pueden surgir emociones como la vergüenza, la culpa, el miedo y la soledad, y ser tratadas en la sesión. Recordemos que en nuestro cuerpo se albergan las emociones. Si liberamos nuestras emociones, liberamos de cargas a nuestro cuerpo.
Veamos otros beneficios que aporta el masaje a nuestra salud:
- Alivia la tensión muscular.
- Elimina el cansancio y renueva la energía perdida.
- Previene lesiones físicas.
- Calma los dolores de cabeza y de espalda causados por la tensión nerviosa diaria.
- Nutre y mejora la calidad de la piel.
- Mejora el humor, ya que, al recibir un masaje, nuestro cuerpo libera endorfinas, que nos proporcionan una sensación de bienestar y ayudan como analgésicos endógenos que eliminan de un modo natural el dolor.
- Mejora la autoestima.
- El contacto físico contribuye al equilibrio emocional, y esto reduce la ansiedad y la agresividad.
- Tiene un efecto sedante y relajante; calma la mente disminuyendo estados de estrés y combate el insomnio.
- Aumenta los niveles de serotonina, que actúa como neurotransmisor del sistema nervioso central haciendo que mejore nuestro estado anímico y combatiendo la depresión.
Una sesión de masaje suele durar una hora y cubre todo el cuerpo desde los pies a la cabeza. Si estás interesado en darte una sesión, es recomendable que preguntes al médico si en tu caso concreto habría alguna contraindicación. Te animo a probarlo. En la acutalidad ya no es un lujo, sino un placer a manos de cualquiera que quiera beneficiarse.
Si quieres saber más:
- Atkinson M y Floyd E. El libro completo del masaje. Ediciones B.
- Varios autores. Los beneficios del masaje. Editorial Impala.
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