Las personas con el VIH son más propensas a desarrollar problemas emocionales y de salud mental que el resto de población. No se deben ignorar los síntomas y signos que puedan indicar problemas de este tipo y, si es necesario, buscar ayuda profesional.
Tener una buena salud mental y emocional es muy importante para todas las personas, aunque a menudo no le damos la importancia que se merece. Durante nuestras vidas, todos afrontamos momentos y vivencias difíciles, pero a veces puede que nos sea especialmente difícil superarlas. Además, algunas personas experimentan problemas de salud mental como la depresión o la ansiedad que provocan sentimientos como estar decaído, sentirse inútil o sin esperanza y/o apenado durante mucho tiempo, lo cual puede interferir en la calidad de vida de estas personas.
Se sabe de forma fehaciente que las dolencias psicológicas y psiquiátricas son más habituales en personas con el VIH que entre la población general. Los medicamentos (incluyendo algunos fármacos antirretrovirales) y también muchas drogas recreativas (incluyendo el alcohol) pueden provocar ansiedad, depresión y problemas mentales como paranoia o psicosis. Estas posibles causas deberían ser diagnosticadas y tratadas antes de realizar la derivación a los servicios de counselling, psicología o psiquiatría, o antes de iniciar un tratamiento con antidepresivos u otros fármacos psiquiátricos. Los médicos de familia pueden realizar derivaciones al psicólogo o al psiquiatra y algunos servicios de enfermedades infecciosas cuentan con su propio equipo de psicología y psiquiatría.
En general, las intervenciones psicológicas ayudan a las personas a afrontar sus problemas. El tipo de terapia proporcionada puede ser variada: terapia cognitiva conductual, técnicas de mindfulness y relajación; psicoterapia psicodinámica y psicoanalítica centrada en la persona, de forma integral y humanista; counselling; clases motivacionales o terapias de grupo de diversos tipos, etc. La interacción y el apoyo sociales también tienen una importancia crucial a la hora de abordar la depresión y otros problemas psicológicos relacionados con el VIH.
Las personas pueden responder de diversos modos a los distintos enfoques, técnicas y teorías psicológicas. La experiencia muestra que el grado de confianza alcanzado entre el terapeuta y el usuario resulta vital para el éxito de la intervención, al igual que las habilidades interpersonales del terapeuta. El hecho de no haber conseguido ningún beneficio con la primera persona que hayas encontrado y hablado sobre tus problemas no debería ser un obstáculo para que busques ayuda en otro lado.
Si acabas de ser diagnosticado por el VIH puede que tengas muchas dudas y miedos que puedan afectar a tu salud emocional y mental. También puede que haya afectado a tu salud mental el vivir con el VIH durante muchos años. Si estas sufriendo algún tipo de dificultad emocional, aprender a manejar estas dificultades es un paso importante para poder superarlos.
Bienestar emocional
Algunas circunstancias o vivencias en particular como, por ejemplo, recibir el diagnostico por el VIH, revelar este diagnóstico, la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, preocupación por problemas económicos o laborales, o lidiar con el inicio del tratamiento antirretroviral y sus efectos secundarios, pueden provocar un sentimiento de infelicidad y de angustia. También se puede sentir rabia, culpa, miedo, tristeza y soledad, unos sentimientos que no siempre son fáciles de manejar y que pueden interferir en tu calidad de vida.
Encontrar apoyo familiar y en los amigos puede ser de gran ayuda en estos momentos, así como ayuda de grupos de apoyo o counselling. Estos servicios te permiten hablar de tus problemas, encontrar fuentes de información útil y recibir soporte emocional. Muchas clínicas del VIH tienen especialistas en salud mental en sus equipos clínicos y algunas asociaciones del VIH ofrecen servicios de counselling por parte de pares (personas con el VIH que tienen un alto grado de aceptación de su estado serológico). Si es necesario puede que tu médico te derive a un especialista.
Algunas personas utilizan terapias complementarias para mitigar algunos de los síntomas de la angustia emocional. Por ejemplo, acupuntura, yoga, meditación o masajes.
Salud mental
Los problemas de salud mental pueden afectar a cualquier persona, pero las personas que viven con el VIH los padecen en mayor frecuencia que la población general. Algunos de los grupos poblacionales más afectados por esta infección (hombres gais, inmigrantes o usuarios de drogas) tienen mayor probabilidad de tener problemas de salud mental debido al estrés asociado a la discriminación. Además, tener el VIH conlleva un estigma que puede provocar un gran estrés.
La infección por VIH avanzada, es decir, sin tratamiento y con un recuento de CD4 muy bajo, puede provocar problemas de salud mental graves. Actualmente, estos problemas ocurren en raras ocasiones, ya que, están asociados a tener un recuento de CD4 muy bajos, algo que casi nunca ocurre debido al tratamiento antirretroviral.
La depresión o la ansiedad son sentimientos muy comunes entre las personas con VIH.
Además, algunos fármacos antirretrovirales pueden provocar problemas psicológicos como efecto secundario. Es importante que si has tenido algún problema de salud mental en el pasado se lo comuniques a tu médico especialista del VIH para que lo tenga en cuenta a la hora de recomendarte el tratamiento.
Ayuda profesional
Todo el mundo desarrolla ciertas estrategias para afrontar los momentos que pueden afectar a nuestro bienestar emocional y mental. Sin embargo, igual que las personas pueden desarrollar enfermedades físicas por lo que deben visitar el médico, muchas personas necesitan o se benefician de ayuda profesional para superar estos problemas emocionales y de salud mental.
Hay diversos tipos de profesionales capacitados para darte este tipo de ayuda, a distintos niveles y con distintos enfoques: psiquiatras, psicólogos clínicos, psicoterapeutas, counsellors, coaches… Seguro que puedes encontrar uno que se adapte a tus necesidades. Puedes preguntar a tu médico del VIH, en tu centro de salud o en alguna organización del entorno comunitario como gTt-VIH
Fuente: Aidsmap (Entidad certificada por The Information Standard, perteneciente al Servicio Nacional de Salud Británico [NHS]).