Las membranas mucosas de los genitales, el ano o el prepucio son los tejidos más vulnerables a la infección por el VIH porque son las que entran en contacto con los fluidos sexuales de otra persona.
Aunque el VIH puede transmitirse por tres vías (sexual, sanguínea o vertical), lo cierto es que la vía sexual es la vía predominante. Esto no quiere decir que el VIH sea un virus fácil de transmitir por esta vía, sino que el alto número de nuevas infecciones es debido al alto número de personas que practican sexo cada día. Si lo ponemos en relación a todas las personas sexualmente activas, el porcentaje de ellas que se infectan es muy pequeño puesto que para que exista la transmisión se tiene que dar que una de las personas implicadas en el acto sexual tenga el VIH, que exista una puerta de entrada (lo que se denomina vía de transmisión) para el virus y que haya contacto con alguno de los fluidos con capacidad de transmitir el virus por vía sexual (semen, mucosas genitales o del ano o sangre).
Las vías de transmisión sexual más habituales son:
- El contacto con las membranas mucosas de los genitales o el ano. Una membrana mucosa es un tipo de tejido que constituye una barrera menos eficaz contra el virus que la piel. La parte interna del prepucio también es una membrana mucosa.
- Las úlceras, llagas, desgarros o microabrasiones (cortes microscópicos) en el tejido genital (en el recubrimiento de la vagina, el pene o el ano).
- Cualquier vía que conduzca directamente al flujo sanguíneo, como los cortes en la boca. El compartir agujas y material de inyección comporta uno de los mayores riesgos de transmisión del VIH. Esto se debe a que es una vía directa entre los flujos sanguíneos de dos personas.
La transmisión del virus por la vía sexual es más probable que se dé en el caso de que la persona infectada tenga una carga viral muy elevada (seguramente porque desconoce su estado serológico para el VIH) y porque se tengan relaciones sin preservativo. Las probabilidades de que esta transmisión se dé varían según el tipo de relación sexual que se practique:
ESTIMACIÓN DE LA PROBABILIDAD DE ADQUIRIR EL VIH SEGÚN EL TIPO DE RELACIÓN SEXUAL SIN PROTECCIÓN | |
Tipo de exposición | Riesgo (por cada 10.000 exposiciones) |
Sexo anal receptivo | 138 |
Sexo anal insertivo | 11 |
Sexo vaginal receptivo | 8 |
Sexo vaginal insertivo | 4 |
Sexo oral receptivo | Muy bajo |
Sexo oral insertivo | Muy bajo |
Las relaciones sexuales insertivas (tanto vaginal como anal) entrañan más riesgo de transmisión por la mayor superficie de mucosa expuesta, la mayor probabilidad de que se produzcan irritaciones o lesiones por el frotamiento (algo que sería aún más probable si no hay una adecuada lubricación) y el mayor tiempo de contacto con el semen.
De todas formas, hay que tener en cuenta que esto son sólo probabilidades y que con una sola exposición al VIH es posible que una persona se infecte, mientras que otra persona puede verse expuesta al virus muchas veces sin que este se le transmita.
Muchas prácticas sexuales no suponen un riesgo de transmisión del VIH. Entre ellas se incluye la masturbación (de forma solitaria o con una pareja) y dar besos o besos profundos. Cuando se emplea de forma correcta el preservativo, practicar sexo oral, vaginal o anal tampoco supone un riesgo de transmisión. Los preservativos de látex evitan la infección por el VIH, así como algunas otras infecciones de transmisión sexual. Además, nuestro cuerpo tiene muchas barreras que son capaces de prevenir la transmisión del VIH:
- Piel: Constituye una excelente barrera frente al VIH, a menos que exista un corte o herida abiertos. El contacto con la piel de fluidos infecciosos no supone una vía de infección.
- Membranas mucosas de la boca, garganta y estómago: Estas membranas constituyen buenas barreras frente a la infección por el VIH, siempre que no presenten irritaciones, cortes, úlceras o llagas. Además en el caso de la boca, la membrana suele estar menos tiempo en contacto con los fluidos (ya que se tragan o escupen) en comparación con las mucosas de la vagina o el recto.
- Saliva: La saliva contiene proteínas y bajo contenido en sal que reducen de forma activa la capacidad de infección del virus. Aunque se detecte el VIH en este medio, es poco probable que haya una cantidad suficiente como para causar infección. El VIH no se transmite por los besos, ni siquiera por medio de los besos profundos. El virus tampoco se transmite por escupir.
¿Por qué las membranas mucosas son más vulnerables que la piel?
Esto es debido a que la estructura celular de estos dos tejidos es muy diferente. La piel está compuesta por una serie de capas de células que se encuentran organizadas de forma muy compacta y que además están recubiertas por una capa de queratina que las protege frente al virus. Esto hace que el virus del VIH no sea capaz de penetrar lo suficiente como para infectar a las células inmunitarias, las cuales se encuentran por debajo de la piel.
En el caso de las membranas mucosas que recubren nuestras cavidades corporales, esta estructura celular es mucho menos compacta y sin recubrimiento protector de queratina. Además, las células inmunitarias están más presentes en estos tejidos por lo que hace más fácil que el virus pueda llegar a ellas. La pared vaginal, la pared del recto o el prepucio son membranas mucosas con esta estructura.
En el caso de la pared vaginal, ésta tiene numerosas capas de células, aunque empaquetadas de una forma laxa. Por eso el sexo vaginal receptivo tiene un alto riesgo de transmisión para la mujer. La pared anal solamente tiene una capa de células. Se calcula que la pared anal es hasta 40 veces más delgada que la pared vaginal, lo que la hace más susceptible a pequeñas heridas y microabrasiones. Esto hace que el riesgo de transmisión sea mayor en el sexo anal receptivo que en el vaginal receptivo
El prepucio, aparte de compuesto por una delgada capa laxa de células, tiene una alta concentración de células susceptibles de ser infectadas por el VIH. Aun así, como la superficie de contacto es menor a la de la pared vaginal o anal, el sexo insertivo tiene menos riesgo de transmisión que el receptivo. Esto se puede ver ilustrado en la Figura 1:
¿Cómo atraviesa el VIH la piel o las barreras mucosas?
Las membranas mucosas de la vagina y del ano, así como la membrana de la parte interna del prepucio, son blancos fáciles para el VIH si las relaciones sexuales se llevan a cabo sin preservativo y hay presencia del virus. El virus no necesita que haya cortes para poder entrar por estos tejidos, pero es cierto que el uso de lubricantes o el sexo menos intenso pueden reducir el riesgo de transmisión ya que ayudan a evitar irritaciones de estas mucosas o pequeños cortes que pueden suponer una vía de entrada directa al torrente sanguíneo.
Por otra parte, para que el virus pueda penetrar a través de la piel esta debe de estar dañada y tener cortes que permitan la llegada del VIH a la sangre y, por tanto, a las células del sistema inmunitario.
Otra circunstancia que puede favorecer la transmisión del virus es la presencia de otra infección de transmisión sexual (ITS) sin tratar. Esto se debe a que dicha ITS hace que el sistema inmunitario esté activado en las membranas genitales y, por tanto, que haya un mayor número de células CD4 presentes en esos tejidos, además de que estos puedan presentar daños en su estructura (como llagas o úlceras) que también favorezcan la entrada del virus. Además, si la persona tiene también el VIH, las ITS pueden aumentar la concentración del virus en los fluidos genitales.
Esta explicación se puede ver ilustrada en la Figura 2:
¿Quieres saber más?
- Puedes consultar la Guía: Transmisión sexual del VIH – Guía para entender las pruebas de detección y el riesgo en las prácticas sexuales
Fuente: Aidsmap (Entidad certificada por The Information Standard, perteneciente al Servicio Nacional de Salud Británico [NHS]).
HIV testing and risks of sexual transmission (3rd edition) de Simon Collins y Charlotte Walker (HIV i-Base; Londres, Reino Unido).