La viruela del mono (mpox) suele iniciarse con síntomas similares a los de una gripe (fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, escalofríos y cansancio), al que se asocia una inflamación de los ganglios.
Posteriormente aparecen erupciones, manchas, úlceras o ampollas en cualquier parte del cuerpo, aunque suele aparecer en el área genital si la transmisión ha sido por relaciones sexuales. El virus se puede transmitir a otra persona mientras duren las lesiones cutáneas.
Si tienes estos síntomas, acude a tu centro de salud o centro específico de ITS o urgencias hospitalarias (dependiendo de la gravedad de los síntomas), para ser diagnosticado. Mientras tanto, evita los eventos y reuniones, el contacto cercano, incluyendo las relaciones sexuales hasta tener el diagnóstico y te confirmen el protocolo a seguir.
Pincha en el botón para encontrar los puntos de vacunación en tu comunidad autónoma:
¿Cómo se transmite?
La principal vía de transmisión de este brote es el contacto físico estrecho, como en el contexto de las relaciones sexuales, con las lesiones de piel y mucosas, con fluidos corporales. Además, la transmisión también puede ocurrir a través de secreciones respiratorias de una persona infectada.
Se puede transmitir por compartir material que haya estado en contacto con sangre o fluidos infectados (como instrumentos no esterilizados utilizados para tatuajes y piercings o rulos y pipas en consumos de drogas, además de material de inyección de drogas).
También es posible, si bien menos frecuente, la transmisión a través del contacto con objetos como ropa de cama, toallas, prendas de vestir, etc.
El riesgo de infección a través de relaciones sexuales aumenta cuando hay varias personas involucradas, con parejas desconocidas y/o en entornos donde no se puede apreciar bien la existencia de lesiones, o donde la percepción del riesgo puede estar alterada, por ejemplo, por el uso de drogas.
La probabilidad de transmisión en la población que acude a fiestas, encuentros privados o eventos organizados en los que las relaciones sexuales son frecuentes y de alto riesgo, con una alta proporción de personas susceptibles (no vacunados frente a viruela) es alta. Dado el mecanismo de transmisión de la enfermedad que se viene observando y el ámbito donde se están detectando los casos, la probabilidad de transmisión se considera baja para la población general en el momento actual.
Si tienes síntomas busca atención sanitaria
Si sospechas que has estado en contacto con alguien que ha sido diagnosticada/o de MPX, autoexplórate buscando vesículas, incluidas las zonas genitales.
En caso de que tengas síntomas, no esperes a que se resuelvan solos. Aunque poco frecuente, la enfermedad puede ser grave incluso en personas previamente sanas.
Llama a los teléfonos habilitados por tu Comunidad Autónoma o consulta con tu centro de salud o clínica de atención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) más cercana para recibir información de cómo proceder.
Medidas de prevención
Tanto las vesículas como algunos fluidos corporales (saliva, semen, orina y heces) y las secreciones respiratorias son potencialmente infecciosas. En base a la evidencia científica actual, se considera que la transmisibilidad comienza con la aparición de los primeros síntomas, entre 1 y 5 días antes de la aparición del exantema. En el caso de debutar con exantema, se puede transmitir desde el día anterior a su aparición.
Según la evidencia científica actual, se considera que la transmisibilidad se prolonga hasta que las lesiones hayan cicatrizado por completo, las costras se hayan caído y se haya formado una nueva capa de piel. Esto puede llevar varias semanas (entre 2 y 4 semanas).
Sigue los consejos de profesionales sanitarios y permanece aislado/a hasta que los síntomas y lesiones hayan desaparecido. Evita todo contacto físico y, de ser imprescindible, utiliza mascarilla quirúrgica y cubre las lesiones.
Se recomienda no mantener relaciones sexuales mientras duren los síntomas y cuando estos hayan desaparecido, usar, por precaución, el preservativo hasta 12 semanas después tras finalizar el aislamiento, dada la presencia del virus en el semen.
Vacunación
En España se recomienda la vacuna para la protección frente al virus de la viruela del mono en dos situaciones: antes de estar expuesto al virus (profilaxis preexposición) o después de haber tenido contacto con el virus en aquellas personas con alto riesgo de enfermedad grave (profilaxis posexposición).
La estrategia actual de vacunación prioriza a personas que mantengan prácticas sexuales de alto riesgo, fundamentalmente, pero no exclusivamente, hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, priorizando dentro de ellas las que tienen alto intercambio de parejas sexuales, aquellas que practican sexo en grupo o que han presentado ITS recientemente.
Es esencial la adopción y mantenimiento de todas las medidas preventivas individuales para el control del brote.
La barrera del estigma
El estigma es una consecuencia directa de la desinformación. Disponer de información actualizada en canales oficiales sobre las vías de transmisión y las formas de prevención ayuda a romper con las ideas erróneas y los prejuicios.
Cualquier persona puede adquirir la viruela del mono. No permitamos que el miedo al estigma suponga una barrera para acceder a los servicios sanitarios.