Como ocurre con el VIH, para tratar la tuberculosis con éxito es necesario tomar una combinación de fármacos siguiendo una pauta que hay que seguir estrictamente. El tratamiento se prolonga, normalmente, seis meses. En algunos casos, sin embargo, puede ser necesario seguirlo durante 9 meses o un año.
Si una persona no toma su tratamiento correctamente, o deja de tomar los fármacos una vez ya se ha empezado a encontrar mejor, puede acarrear que la tuberculosis se vuelva resistente a algunos de los fármacos usados para tratarla (o incluso a todos). Esto significa que los fármacos dejan de funcionar frente a ese tipo de tuberculosis. La tuberculosis resistente a los fármacos está convirtiéndose en un problema habitual en muchos lugares del mundo y puede precisar de un tratamiento más largo, con frecuencia de dos años de duración.
Los fármacos antituberculosos también pueden interaccionar con otros medicamentos, incluidos los antirretrovirales, y pueden tener efectos secundarios. Es importante que informes a tu médico de todos los medicamentos que estás tomando a fin de evitar posibles interacciones. Si existe la posibilidad de que algunos de los fármacos interaccionen entre ellos, el médico deberá realizar un seguimiento estrecho de cualquier indicio de interacción. Tu médico o farmacéutico debería explicarte los posibles efectos secundarios asociados a tu tratamiento antituberculoso y realizarte controles regulares para observar si desarrollas alguno de ellos. Es conveniente avisar a tu médico de cualquier síntoma o efectos secundario que experimentes, ya que frecuentemente es posible hacer algo al respecto.
Fármacos antituberculosos
- Rifampicina. Antimicobacteriano incluido en las combinaciones antituberculosas estándar.
- Isoniazida. Antibiótico que, combinado con otros fármacos, constituye un tratamiento estándar de la tuberculosis. Puede ser usado por sí solo como terapia profiláctica de esta infección.
- Pirazinamida. Fármaco de inicio para el tratamiento de la tuberculosis en combinación con otros fármacos.
- Etambutol. Antimicobacteriano que, combinado con otros fármacos, se usa como parte del tratamiento estándar de la tuberculosis.
- Claritromicina. Este fármaco es un antibiótico usado para el tratamiento de una enfermedad definitoria de sida conocida como MAI (siglas de Mycobacterium avium intracelular), pero en ocasiones también se utiliza para tratar la tuberculosis.
- Dapsona. Antibiótico utilizado para tratar enfermedades definitorias de sida tales como MAI o PCP (pneumonía por Pneumocistis), aunque ocasionalmente se usa para tratar la tuberculosis, especialmente la resistente a fármacos.
- Ofloxacino. Usado para tratar la tuberculosis resistente a fármacos
- Rifabutina. Fármaco usado frente a MAI y, a veces, como alternativa a rifampicina en combinaciones de antituberculosos.
- Estreptomicina. Primer fármaco efectivo frente a la tuberculosis. Hoy en día se usa poco, excepto en casos de tuberculosis multirresistente a fármacos. Se administra por inyección.
- Comprimidos combinados. Para ayudar a reducir el número de comprimidos, algunos antituberculosos se encuentran combinados en un único comprimido. Los prescritos con frecuencia son: Rifater (contiene rifampicina, pirazinamida e isoniazida), Rifinah (contiene rifampicina e isoniazida) y Rimactazid (contiene rifampicina e isoniazida).
Fuente: Aidsmap (Entidad certificada por The Information Standard, perteneciente al Servicio Nacional de Salud Británico [NHS]).
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