Lo que hoy vengo a contarles es algo desagradable que tuve que pasar. El domingo de Carnaval me encontraba reunido con mis amigos pasándola bien cuando se me acerca un tipo que me dice: “¿tú eres tal?”. Y yo respondí que sí y que por qué lo preguntaba. Entonces él me dice: “¿Podemos hablar un momento aparte?”. Y yo por educación pues me aparté para saber qué quería decirme.
Me dijo que era enfermero y que mi expareja le dijo que yo tenía el VIH y él quería saber si era cierto porque cuando éramos novio mi ex me fue infiel con él.
Yo lo negué, (mi ex salió negativo). Las razones son que vivo en un pueblo muy chico en Venezuela y hay mucha ignorancia y me da pánico en solo pensar que puedo ser rechazado.
Me dio mucha rabia en ese momento porque yo confié mucho en mi ex y jamás he hablado mal a pesar de que me abandonó cuando yo le dije que había salido positivo en la prueba del VIH. No pensé que fuera capaz de hacerme algo así y ahora lo que pienso es que ese rumor que a nadie le va a constar solo a mis médicos y parte de mi familia y amigos que lo saben se va a ir propagando poco a poco.
Yo no quisiera irme de mi pueblo, pero lo pienso tanto que sería mejor iniciar una vida lejos de tanta maldad. Y con la situación que estamos padeciendo los venezolanos quisiera encontrar una oportunidad de escapar, de encontrar el amor, de no vivir con este miedo.
Decidí perdonar a mi ex y en vez de escribirle reclamándole le envié un WhatsApp diciéndole que lo perdonaba, y que no le pedía por lo que tuvimos (porque él decía que me amaba cosa que yo nunca sentí) ni por amistad, sino como ser humano, que parase sus comentarios.
Porque un día puede ser esta persona la que imprudentemente y sin sentido me viene a preguntar si era cierto (yo lo que pienso es que gusta de mí), pero otro día puede ser una persona con mucha maldad que lo divulgue entre mis amigos para que me rechacen. Yo sé que a muchos le pasa igual.