Al cumplir los 18años acepté un porro como feliz cumpleaños, de ahí en más comencé una vida de droga con mariguana, pastillas y posteriormente, cocaína.
Recuerdo que jugaba al futbol y de buena manera pero la vida era droga, vino con coca y mujeres sexo y mucho sexo y sin protección, además de futbol, deporte.
Fueron pasando los años y más tarde comenzamos a inyectarnos, pero éramos personas comunes que trabajábamos y nos drogábamos y pasó el tiempo.
Como les comenté, cambié de país y recomencé una vida, tuve varias parejas y, más tarde, conocí a mi novia oficial la cual luego de dos años se convirtió en mi esposa y me dio la gracia de 4 hijos hermosos.
Nunca sospeché nada de lo que me pasaba siempre fui una persona sana sin enfermedades de ninguna clase y lo más destacado fui fiel en mi matrimonio, teniendo solo esta pareja hasta la fecha con 23años de casado.
En el año 2013 comienzo a notar una serie de fiebres intermitentes y me realicé estudios, pero nunca encontraban nada, solo una piedra en la vesícula, que me extraje con una cirugía programada. Durante la operación, el cirujano encontró dentro de mi organismo unas manchas.
Salí del hospital y pasan días, me remitieron al infectólogo, donde me realizaron análisis y nunca cesaba mi fiebre de 39 grados por la noche.
Cambié de infectólogo y las dos infectólogas luego de una serie de análisis me diagnosticaron tuberculosis intestinal. Me realizaron el test de Elisa, tres pruebas y detectaron que tenía VIH.
Fui al programa pronasida y comencé mi tratamiento. A todo eso también me remitieron el ingreso al programa de tuberculosis y tomé 140 pastillas durante el tratamiento y llegué a bajar 50kilos.
Me recuerdo que el viernes 13/12/13 ingresé en urgencias y me realizaron análisis. Al pasar los días los médicos le dijeron a mi esposa que converse con mis hijos debido a que no hay esperanzas de recuperación.
Me realizan análisis, cultivos de sangre y miles de cosas internado y continuaba con los mismos síntomas. Hasta que me detectaron una enfermedad llamada histoplasmosis diseminada, o sea se habían equivocado en el diagnóstico de la tuberculosis, y la histoplasmosis había ya afectado vario de mi órganos y parte de los vasos sanguíneos.
Ahí se desesperaron los médicos y me introdujeron un catéter y me administraron anfoterizina. Estuve entre 15 y 17 horas conectado a una máquina mientras me administraban el medicamento durante 30 días. Pasé navidad y año nuevo en hospital con mi esposa y mis hijos que venían a visitarme.
Por eso les digo a todos que la esperanza nunca nos abandona, me encomendé mucho a dios y salí de este trance difícil que me tocó vivir.
Hoy ya cumplí 50 años, tomo mis retrovirales (uno a la mañana y uno a la noche), realizo una vida normal y en el último estudio no se detecta virus en sangre.
He recuperado mi peso de 79 kilos. Hago una vida normal, cuidándome sexualmente con mi esposa aunque hay bajas posibilidades de transmisión.
Lo destacado de esta historia es que nunca le transmití la enfermedad a mi esposa, quien se realizó las tres pruebas y fueron negativas. Sé que es duro hasta ahora estar con ella por todo lo que vivo pero es también difícil que nunca comprendió que tuve una vida pasada y desordenada.
Por eso le digo a los jóvenes que se protejan y si son VIH positivos tomen sus medicamentos y lleven una vida lo mejor que puedan.
Espero pueda ayudar mi relato y gracias por poder contar mi historia.