No sé ni tengo idea de con quién me habré infectado. Pero creo que estaba listo para enfrentarlo. No lloré, es más, solo reí y me dije: estoy listo. Por miedo al chico de 18 años, no le he dicho todavía lo que me pasa. Me da verguenza, no sé, me invade la tristeza solo de pensar en su reacción, cuando se entere. El chico de mi edad y yo habíamos empezado una relación sentmental y le conté lo que pasaba [que tenía VIH]. Me dijo que no me preocupara, que todo iría bien y que él también estaba preparado para esto.
Afortunadamente y, desde hace casi un año, estamos juntos. Empezamos el tratamiento y nos encontramos muy bien de salud. Lo mejor es que seguimos el uno con el otro. Fue muy difícil contarle a toda mi familia que tenía VIH, pero me había preparado para todo tipo de reacciones. Llegó el momento de explicarles mi situación y ver cómo se soltaban a llorar mi madre, mi abuela, mis tias… Fue realmente deprimente, pero gracias a Dios todas me apoyan y vivo feliz.
Aunque mi vida ha cambiado demasiado, trato de no pensar en ello y llevar mi vida de la manera más común.
Me gustaria platicar con gente seropositiva de Cancún para compartir historias.
Un saludo y cuídense, que no todo es tan malo. Hay que ser valientes para enfrentar nuestros errores. ¡Ya verán cómo todo mejora!
