Mi vida siempre fue un poco triste y llena de sufrimiento, pues cuando tenía 19 años contraje el VIH.
Todo fue por dejarme llevar por la pasión hacia alguien que pensé que me quería, pero nunca fue así. Esa persona me contagió y lo sabía. Tuve que afrontar la vida desde joven y separarme de mi familia (de mi madre, de mi hermana) a la que quiero mucho.
Estuve internado en un sanatorio durante seis meses. Sólo salía los fines de semanas de paseo y con un acompañante. Era obligatorio pasar por este lugar. Fue triste y duro. Pensé que mi vida nunca más tendría sentido… hasta que vi la vida de otra forma. Pero en la actualidad me falta algo que busco desde hace mucho tiempo, y es un amor sincero y verdadero.
Soy un hombre gay; una persona muy sincera, honesta y con un gran corazón, con deseos de entregarle mis mejores cualidades a una persona que llegue a mi vida. La soledad es triste, y no saben lo mal que me siento. Sufro por no tener amigos y estar solo; ellos no se relacionan mucho conmigo porque tengo VIH. Cuento con mi bella familia, pero la soledad, el deseo de estar con alguien que me quiera y me ame… No es fácil, la verdad.
Espero que todos ustedes cuenten hoy con alguien que les quiera en el plano del amor, y les deseo lo mejor del mundo a todos los que actualmente viven con VIH. Que continúen luchando, aunque por dentro estén tristes, que siempre tengan confianza, y que los que comienzan hoy a vivir con este virus que no piensen que es el fin del mundo. Queda mucha, pero mucha vida por delante.
Aquí les dejo mi dirección de correo electrónico para quien esté interesado en escribirme. Con gusto voy a responder sus mensajes.
Saludos desde Cuba de alguien que desea lo mejor para todos.