La participación activa en la atención del VIH resulta crucial para alcanzar la carga viral indetectable

El realizar una atención rutinaria de forma adecuada y frecuente parece ser más efectivo que determinados programas específicos

Francesc Martínez
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Mantener un buen seguimiento médico rutinario y una adecuada adherencia al tratamiento antirretroviral son factores determinantes para controlar eficazmente al VIH. Así lo ha evidenciado un estudio retrospectivo realizado por investigadores de la Universidad de California (EE UU) —publicado en Cureus— que analizó la evolución clínica de más de doscientas personas con el VIH entre enero de 2021 y agosto de 2023.

Los resultados confirman que la implicación activa en la atención sanitaria —medida por la frecuencia de visitas y la respuesta ante cargas virales detectables— se asocia directamente a mayores tasas de carga viral indetectable.

En concreto, el trabajo incluyó a 216 personas con el VIH que habían presentado, al menos una vez, una carga viral superior a 200 copias/mL. La mayoría eran hombres de mediana edad (promedio de 53 años) y estaban en tratamiento antirretroviral. Los investigadores compararon la evolución de quienes lograron posteriormente la supresión virológica con la de aquellos que mantuvieron la viremia. En su análisis consideraron factores tales como la edad, el estado serológico frente al virus de la hepatitis B (VHB), la frecuencia de las visitas médicas o la utilización de los servicios de salud.

El papel del seguimiento clínico y la adherencia al tratamiento

Los investigadores observaron que tener una edad avanzada, haber realizado un ajuste oportuno del tratamiento antirretroviral tras detectar viremia y, sobre todo, la asistencia regular a las consultas, se asociaron con una mayor probabilidad de alcanzar supresión virológica.

De hecho, el 66% de quienes lograron controlar adecuadamente la viremia habían realizado cinco o más visitas médicas anuales, frente al 39% de quienes continuaban con carga viral detectable.

Además, las personas con buen control virológico acudieron con más frecuencia a consultas presenciales (mediana de nueve visitas presenciales anuales frente a siete) y realizaron un mayor número de pruebas de carga viral en el mismo periodo (tres anuales respecto a una). También tardaron menos en acudir a su siguiente cita tras una detección de viremia: una media de 33 días frente a 48, respectivamente. En cambio, entre las personas con viremia persistente, fue más habitual recibir atención en clínicas especializadas en VIH, lo que sugiere que la mera pertenencia a un programa específico no garantiza un seguimiento continuado ni una buena adherencia terapéutica.

Factores clínicos y sociales asociados a mejores resultados

Las diferencias entre ambos grupos fueron más allá de la frecuencia de las visitas. Las personas que lograron alcanzar supresión virológica presentaban una edad promedio mayor (56 frente a 50 años, respectivamente) y mostraron una menor prevalencia de antígeno de superficie del VHB. También partían de cargas virales más bajas (de 140 y 701 copias/mL, respectivamente), lo que sugiere un menor grado de replicación virológica o un mejor control inmunológico inicial.

Sin embargo, el estudio advierte que casi el 40% de la población analizada había faltado a cinco o más citas médicas durante el periodo de observación, un indicador de la fragilidad del compromiso asistencial incluso en contextos de buena cobertura sanitaria. Esta falta de continuidad puede retrasar los ajustes de tratamiento y reducir la eficacia del control virológico.

Los autores del estudio subrayan que la atención del VIH no termina con la prescripción del tratamiento, sino que requiere de un acompañamiento continuado. La coordinación entre profesionales, el seguimiento de los resultados clínicos y las intervenciones de apoyo son esenciales para mantener la vinculación con el sistema sanitario. En este sentido, la supresión virológica no debe entenderse solo como un logro clínico, sino como el resultado de una relación estable y estructurada entre la persona y los profesionales sanitarios que la atienden.

Conclusiones

En conjunto, los resultados confirman que el éxito terapéutico en el campo de la infección por el VIH depende tanto de la biología del virus como de la continuidad de la atención. Las visitas regulares, la monitorización frecuente de la carga viral y la capacidad de respuesta ante cualquier rebote virológico son factores decisivos para alcanzar y mantener la supresión virológica. El estudio refuerza así la necesidad de estrategias que fomenten la participación activa de las personas con VIH en el cuidado de su salud, hecho que promueve la adherencia, el contacto continuado con los servicios de salud y la intervención precoz ante cualquier problema con el tratamiento. Estos hallazgos van en la línea de los de un estudio reciente, que destacaba la importancia de la resiliencia y el apoyo social para lograr buenos niveles de adherencia al tratamiento antirretroviral (véase La Noticia del Día 16/09/2025).

Fuente: Infectious Disease Advisor / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencia: Blair C, David HM. Evaluating linkage to care among patients with HIV viremia in Los Angeles, California. Cureus. Published online September 4, 2025. doi:10.7759/cureus.91612



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