Seguir el tratamiento frente al VIH no depende solo de las pastillas ni de su eficacia. La adherencia —tomar la medicación tal y como la receta el personal médico— también está ligada a factores personales, sociales y emocionales.
Un estudio realizado en México y publicado en la Revista Multidisciplinar del Sida de SEISIDA confirma lo que muchas personas con el VIH ya intuían: el apoyo social y la capacidad de afrontar dificultades marcan la diferencia en la continuidad del tratamiento. La investigación se hizo en una unidad de medicina familiar del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) en Querétaro. Analizó cómo influyen la resiliencia y el apoyo social en la adherencia al tratamiento.
Resultados claros
El estudio incluyó a 106 personas con el VIH. La mitad presentaba buena adherencia y la otra mitad no.
Entre quienes sí seguían el tratamiento:
- El 54,7% tenía apoyo social alto, frente al 9,4% del grupo no adherente.
- El 64,2% mostró resiliencia alta, frente al 18,9% de quienes no cumplían la pauta.
Otros factores también influyeron en la adherencia:
- Tener una familia nuclear (madre/padre e hijos/as).
- Contar con un nivel socioeconómico más alto.
- En cambio, el alcoholismo y el tabaquismo fueron más frecuentes entre las personas no adherentes.
Resiliencia: una fortaleza que protege
La resiliencia es la capacidad de adaptarse y salir adelante en situaciones difíciles. En el contexto del VIH, significa aceptar el diagnóstico, afrontar el estigma, crear rutinas de autocuidado y mantener el compromiso con el tratamiento.
Quienes desarrollan esta fortaleza emocional tienen más recursos para superar obstáculos. Según el equipo investigador, la resiliencia actúa como un “factor protector” que ayuda a mantener el tratamiento en el tiempo.
El valor del apoyo social
El estudio también confirma que sentirse acompañado —por familiares, amistades, grupos comunitarios o equipos de salud— facilita la adherencia. El apoyo social, cuando es cercano y afectivo, aporta motivación, seguridad y bienestar.
Cada dimensión del apoyo social (emocional, instrumental, afectivo y de interacción positiva) mostró una relación directa con una mejor adherencia.
Más allá de los datos
Aunque el estudio no establece causa-efecto, el mensaje es claro: no se puede hablar de adherencia sin considerar la dimensión emocional y social de cada persona.
Fortalecer las redes de apoyo, impulsar el acompañamiento entre pares, crear espacios seguros de escucha y trabajar la resiliencia son estrategias centrales en la atención del VIH.
Como recuerdan las organizaciones comunitarias, el autocuidado no es solo una responsabilidad individual. Necesita condiciones estructurales y entornos seguros para sostenerse. Este estudio, realizado en atención primaria en México, lo confirma de nuevo.
Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Magaña-Reyes EU, Rosillo-Ortiz I, Villarreal-Ríos E, Escorcia-Reyes V, Galicia-Rodríguez L. Apoyo social y resiliencia como factores asociados con la adherencia terapéutica en pacientes VIH de una unidad de medicina familiar en México. Revista Multidisciplinar del Sida, Vol. 13 Núm. 33. Abril 2025.
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