Un estudio reciente publicado en JAMA Oncology revela que las tasas de la mayoría de los tipos de cáncer están disminuyendo o se mantienen estables entre las personas con el VIH. Este descenso refleja, en gran medida, los progresos alcanzados en el tratamiento antirretroviral y las estrategias de prevención oncológica.
Sin embargo, la investigación también advierte que el riesgo de algunos tipos de cáncer —como el de hígado, el anal y el de vulva— sigue siendo significativamente más alto en personas con el VIH que en la población general.
Cáncer y VIH: una relación cambiante
El estudio, liderado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE UU, comparó la incidencia de diversos tipos de cáncer entre personas con y sin VIH. Los resultados muestran que los cánceres más comunes —como los de mama, próstata y colon— presentan una tendencia a la baja o se mantienen estables en ambos grupos, lo que sugiere que las personas con VIH están comenzando a reflejar patrones similares a los de la población general.
De hecho, investigaciones previas apuntan a que los hombres con el VIH podrían tener incluso menos riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
Impacto de los tratamientos y prevención
El estudio concluye que las disminuciones significativas en la incidencia y el riesgo relativo de cáncer entre personas con VIH reflejan avances continuos en el tratamiento del VIH y la prevención del cáncer. Estos hallazgos podrían ayudar a establecer prioridades para la prevención y detección temprana de cáncer, especialmente a medida que la población con el VIH envejece y enfrenta un mayor riesgo de cáncer.
Gracias a los tratamientos antirretrovirales efectivos, las personas con VIH viven más tiempo y tienen menos probabilidades de morir por enfermedades relacionadas con el sida. Sin embargo, la población que envejece es más propensa a condiciones crónicas como el cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Factores de riesgo persistentes
A pesar de la eficacia del tratamiento, la infección por VIH puede causar inflamación crónica, un factor que aumenta la vulnerabilidad a múltiples enfermedades. Además, las personas con VIH tienen mayor probabilidad de ser fumadoras o vivir con hepatitis B o C, lo que incrementa el riesgo de cáncer hepático.
Los datos del estudio provienen del registro HIV/AIDS Cancer Match del NCI, que analizó información de casi 850.000 personas con VIH en 12 estados de EE. UU. y Puerto Rico entre 2001 y 2019.
Disminución de cánceres oportunistas
El estudio encontró que la incidencia de cánceres oportunistas como el sarcoma de Kaposi y los linfomas de Hodgkin y no Hodgkin ha seguido disminuyendo. Entre 2010-2014 y 2015-2019, la incidencia de Kaposi disminuyó un 24%, el linfoma de células B grandes difuso un 23% y el linfoma de Hodgkin un 25%.
Estos cánceres oportunistas han sido históricamente asociados con el VIH. Antes de la introducción de la terapia antirretroviral, las personas con el VIH enfrentaban un riesgo significativamente mayor de desarrollar estos tipos de cáncer. El sarcoma de Kaposi, en particular, fue uno de los cánceres más comunes en personas con el VIH durante los primeros años de la epidemia.
La disminución en la incidencia de estos cánceres refleja los avances en el tratamiento del VIH. El tratamiento antirretroviral ha transformado el manejo del VIH, permitiendo que las personas mantengan un sistema inmunológico más robusto. Esto ha reducido la susceptibilidad a infecciones y cánceres oportunistas, mejorando la calidad de vida
Cáncer de pulmón e hígado: mejora, pero con matices
Entre 2001 y 2019, las tasas de cáncer de pulmón e hígado han disminuido notablemente. En el periodo de 2010 a 2014 y de 2015 a 2019, el cáncer de pulmón se redujo un 17% y el de hígado un 25%. La disminución del cáncer de pulmón se debe, en parte, a la reducción del tabaquismo en la población general.
La vacunación frente a la hepatitis B y el tratamiento eficaz para la hepatitis C han contribuido a la baja en el cáncer de hígado. Sin embargo, la enfermedad del hígado graso, que puede derivar en cáncer, está aumentando tanto en personas con el VIH como sin él.
Impacto del envejecimiento en el cáncer
La incidencia de estos cánceres aumenta con la edad, lo que sugiere que su carga crecerá conforme la población envejezca. Los autores del estudio advierten de que, debido a la baja supervivencia, el cáncer de pulmón e hígado serán grandes contribuyentes a la mortalidad por cáncer en personas con el VIH.
El progreso en la reducción de cánceres relacionados con el virus del papiloma humano (VPH) ha sido menos claro. Por razones históricas, el cáncer cervical invasivo se considera una condición definitoria del sida, pero el cáncer anal no.
Cánceres relacionados con el VPH: progreso desigual
A diferencia del sarcoma de Kaposi, que es raro en personas con el VIH que reciben tratamiento antirretroviral, las complicaciones del VPH son más comunes. Las tasas de cáncer cervical y anal se mantuvieron estables en personas con el VIH, mientras que el cáncer de boca y garganta disminuyó.
Los investigadores notaron un aumento preocupante en el cáncer de vulva. Este fue el único cáncer con aumento tanto en incidencia como en ratios de incidencia estandarizada (SIR). Solo una cuarta parte del cáncer de vulva se atribuye al VPH, según los investigadores.
Cáncer en personas mayores con el VIH: patrón dual
En personas con el VIH de 70 a 84 años, las tasas de incidencia más altas fueron para cáncer de próstata, pulmón, mama femenina, colon e hígado. Los primeros cuatro también son comunes en personas sin el VIH, pero el cáncer de hígado no está entre los diez más frecuentes.
A pesar de tasas más bajas de lo esperado, el estudio mostró que la incidencia de cáncer de mama, colon y próstata aumenta con la edad. Por lo tanto, se espera que la carga de estos cánceres aumente en personas con el VIH.
Riesgo aumentado de cáncer
Entre 2015 y 2019, las personas con el VIH tuvieron un riesgo significativamente mayor de ciertos cánceres en comparación con personas sin el VIH. El riesgo fue más de 200 veces mayor para el sarcoma de Kaposi, seis veces mayor para el linfoma de Hodgkin y cinco veces mayor para el linfoma B difuso de células grandes.
El cáncer anal fue 17 veces más alto, el cáncer de vulva 11 veces más alto, el cáncer de hígado casi el doble y el cáncer de pulmón 1,6 veces más alto.
Estrategias de prevención del cáncer
Para optimizar la prevención del cáncer en una población con el VIH que envejece, se necesitan estrategias múltiples. El diagnóstico oportuno del VIH y la supresión viral con terapia antirretroviral pueden mitigar eficazmente el riesgo de varios cánceres.
Programas personalizados para dejar de fumar pueden reducir el riesgo de cáncer de pulmón y otros relacionados con el tabaquismo. Los cánceres impulsados por coinfecciones pueden prevenirse con la vacunación frente al VPH y la hepatitis B, y el tratamiento rápido de la hepatitis C.
Conclusión
Este estudio ofrece un mensaje esperanzador: la mayoría de los cánceres están disminuyendo entre personas con VIH, gracias a los avances biomédicos. Sin embargo, también alerta sobre los riesgos persistentes que siguen afectando de manera desproporcionada a esta población, especialmente en cánceres como el anal, hepático y de vulva.
El desafío ahora es consolidar los logros alcanzados e implementar políticas públicas que aseguren prevención, detección y tratamiento del cáncer equitativos y específicos para las personas que viven con el VIH.
Fuente: POZ/Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Haas CB, McGee-Avila JK, Luo Q, Pfeiffer RM, et al. Cancer Incidence and Trends in US Adults With HIV. JAMA Oncol. 2025 Jun 12:e251589. doi: 10.1001/jamaoncol.2025.1589
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