Un estudio publicado en Clinical Infectious Diseases muestra que, a diferencia de la población general, las mujeres cisgénero con VIH no disfrutan de un menor riesgo de enfermedades cardíacas graves que los hombres seropositivos. El hallazgo forma parte del análisis del ensayo REPRIEVE, que evalúa el beneficio de las estatinas en personas con VIH.
El estudio destaca también, entre otras cuestiones, la necesidad de priorizar el abandono del tabaco y el control de la presión arterial en personas con el VIH. Esto es esencial para quienes tienen un menor riesgo de enfermedades cardíacas graves, independientemente de si toman estatinas.
Efectos de las estatinas
El ensayo REPRIEVE demostró que la administración diaria de pitavastatina reduce en un 36 % el riesgo de eventos cardiovasculares mayores —como infarto de miocardio o accidente cerebrovascular— en personas con VIH y riesgo cardiaco bajo a moderado.
Como respuesta, las guías clínicas de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea ahora recomiendan estatinas en este grupo.
Para mejorar el cuidado cardiovascular en personas con el VIH, el grupo de estudio REPRIEVE analizó los factores de riesgo asociados con eventos cardiovasculares mayores. Buscaban identificar qué factores impactan más en el riesgo de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares y cuáles pueden modificarse con cambios en el estilo de vida.
¿Cómo se hizo el estudio?
REPRIEVE reclutó a 7.769 personas con el VIH de entre 40 y 75 años, en tratamiento antirretroviral por al menos seis meses. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a tomar pitavastatina o un placebo y fueron monitoreados durante aproximadamente cinco años.
La mediana de edad de los participantes fue de 50 años, con un 69% de hombres. El 53% eran blancos y el 41% negros o afroamericanos. El 63% fueron reclutados en países de altos ingresos, el 18% en América Latina y el Caribe, y el 15% en África subsahariana. Al inicio del estudio, el 36% tenía presión arterial alta, el 25% eran fumadores actuales, y el puntaje de riesgo cardiovascular medio era del 4,5%.
Para evaluar el riesgo de eventos cardiovasculares mayores asociados con factores de riesgo modificables, los investigadores crearon un modelo multivariable. Ajustaron por factores demográficos, ubicación de reclutamiento, tabaquismo, uso de sustancias, antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares prematuras, factores metabólicos, recuento nadir de CD4, supresión viral y régimen antirretroviral al inicio del estudio.
Grupos de mayor riesgo
Las personas de 50 a 59 años tenían un riesgo mayor (HR 2.06) y las mayores de 60 años aún más (HR 2.53) en comparación con las de 40 a 49 años. En países de altos ingresos, las personas de raza negra o afroamericana tenían un riesgo mayor en comparación con las personas blancas (HR 1.65).
El riesgo también era mayor para personas en países de altos ingresos en comparación con otras regiones, excepto Asia del Sur. Aquellos con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares prematuras (HR 1.53) y fumadores actuales (HR 2.27) también mostraron un riesgo elevado.
Las personas con presión arterial alta (HR 1.77) o colesterol HDL bajo (HR 1.21) tenían un riesgo incrementado. Además, aquellos con carga viral no suprimida (HR 1.40) y quienes tomaban una combinación no estándar de medicamentos antirretrovirales (HR 1.53) también enfrentaban un mayor riesgo.
Mujeres y riesgo cardiovascular
A diferencia de lo observado en la población general —donde el estrógeno premenopáusico confiere cierta protección—, en mujeres con VIH dicho efecto protector parece atenuarse. Tras la menopausia, la caída de estrógenos equipara el riesgo con el de los hombres; en el contexto del VIH, además, la inflamación crónica y la activación de células T pueden neutralizar aún más cualquier ventaja hormonal.
Tabaquismo y control arterial
El equipo del estudio REPRIEVE destaca el tabaquismo como un factor de riesgo clave. Los fumadores actuales tenían más del doble de probabilidades de experimentar un evento cardiovascular mayor durante el estudio. Las personas que dejaron de fumar antes de unirse al estudio no mostraron un riesgo elevado en comparación con quienes nunca fumaron. Los investigadores enfatizan la necesidad de intervenciones para dejar de fumar que aborden la soledad, la depresión y el uso de sustancias, factores asociados con el tabaquismo en personas con el VIH.
El monitoreo y control de la presión arterial también son esenciales para prevenir enfermedades cardiovasculares. La hipertensión es común entre personas con el VIH, especialmente mayores de 50 años. Los investigadores afirman que gestionar la presión arterial es tan importante para quienes toman estatinas como para todos los demás. En el estudio REPRIEVE, la pitavastatina tuvo un mayor impacto en eventos cardiovasculares en personas sin hipertensión.
La carga viral no suprimida también fue un factor de riesgo modificable, lo que respalda la necesidad de un tratamiento antirretroviral temprano y constante, concluyen los investigadores.
¿Qué podemos concluir?
Los hallazgos del estudio REPRIEVE desafían las percepciones tradicionales sobre el riesgo cardiovascular en mujeres cis con el VIH. A diferencia de la población general, donde las mujeres suelen tener una ventaja en términos de salud cardíaca, las mujeres con el VIH enfrentan un riesgo similar al de los hombres.
Este descubrimiento subraya la necesidad de reevaluar las estrategias de prevención y tratamiento cardiovascular en esta población teniendo en cuenta:
- Control estricto de factores modificables (tabaquismo, presión arterial, supresión viral).
- Evaluación individualizada del riesgo al prescribir estatinas.
Se necesitan más estudios para entender los mecanismos que igualan el riesgo entre sexos y optimizar el cuidado cardiovascular.
Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Grinspoon SK et al. Factors affecting risk of cardiovascular disease (CVD) events in a global CVD prevention cohort of people with human immunodeficiency virus. Clinical Infectious Diseases, published online 25 April 2025. doi.org/10.1093/cid/ciaf210
Krishnan S, Scully EP. Untangling the sources of HIV-related cardiovascular risk. Clinical Infectious Diseases, published online 25 April 2025. doi.org/10.1093/cid/ciaf211
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