Coinfección por VIH y hepatitis C en el Congreso de Glasgow

Pedro Pérez
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Varios estudios evalúan la seguridad de determinados antirretrovirales en personas coinfectadas

Durante el IX Congreso Internacional sobre Terapia Farmacológica en la Infección por VIH celebrado la semana pasada en Glasgow (Escocia, Reino Unido), se presentaron una serie de ponencias y pósteres sobre diversos aspectos relacionados con la coinfección por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) y/o B (VHB).

Según afirmó el doctor Soriano, del Hospital Carlos III de Madrid (España), en su presentación sobre las novedades en el campo de la terapia para la hepatitis C, “las perspectivas de nuevos agentes específicos contra el VHC se están, poco a poco, haciendo realidad”. En este sentido, mencionó una serie de fármacos en desarrollo, como los inhibidores de la proteasa del VHC (telaprevir y boceprevir, entre otros) [véase La Noticia del Día 02/10/08], los inhibidores de la transcriptasa inversa del VHC análogos de nucleósido (como R-1626) y los inhibidores de la polimerasa. El desarrollo clínico de estas familias de fármacos parece avanzar con rapidez.

Sin embargo, Soriano también recordó los problemas de resistencia que deberán afrontar la mayoría de estos nuevos agentes. Esta dificultad obligará, al igual que sucede en el campo del VIH, a abordar la hepatitis C mediante una terapia combinada. Asimismo, aunque en un primer momento los nuevos fármacos deberán administrarse junto con el tratamiento estándar actual, compuesto por interferón pegilado y ribavirina, se está investigando intensamente para poder desarrollar terapias que permitan prescindir -o reducir el uso- de estos dos fármacos (de hecho, las compañías farmacéuticas Roche, InterMune y Pharmasset van a realizar, por primera vez, un ensayo clínico en pacientes monoinfectados por VHC de una combinación de dos fármacos sin interferón ni ribavirina).

En el ámbito de la coinfección, siguen sin conocerse bien los diferentes efectos en cuanto a seguridad y eficacia que las distintas clases de fármacos antirretrovirales contra el VIH ejercen en las personas que también tienen hepatitis B y/o C. Tres pósteres, dos de ellos de equipos españoles, intentaron arrojar algo de luz sobre este tema.

En el primero, presentado por el doctor Teira, del Hospital de Sierrallana, en Torrelavega, se ofrecieron datos de un estudio transversal multicéntrico de la cohorte española VACH, que cuenta con más de 15.000 pacientes con VIH y en la que participan numerosos hospitales españoles repartidos por todo el territorio nacional.

El objetivo de este estudio era dilucidar las posibles asociaciones entre la exposición a los inhibidores de la proteasa (IP) o a los no análogos de nucleósido (ITINN) y la evolución de la enfermedad hepática crónica causada por el VHC.

De las 2.669 personas coinfectadas que habían recibido terapia antirretroviral (TARV) incluidas en el estudio, un total de 128 (4,4%) desarrollaron enfermedad hepática avanzada, pero los análisis realizados por los autores no encontraron ninguna relación entre ésta y el uso de IP o de ITINN. En cambio, la coinfección por hepatitis B, un grado de inmunosupresión elevado y una mayor edad sí fueron factores predictivos de enfermedad hepática avanzada.

Un equipo de investigadores estadounidenses presentó otro póster sobre la seguridad y la eficacia de atazanavir (ATV, Reyataz®) en personas coinfectadas por VIH y hepatitis B ó C. Para ello, realizó un subanálisis de CASTLE.

CASTLE fue un ensayo internacional, prospectivo, abierto y de distribución aleatoria, que comparó la eficacia y seguridad de ATV potenciado con ritonavir (Norvir®) frente a lopinavir/ritonavir (LPV/r, Kaletra®), ambos en combinación con tenofovir más emtricitabina (coformulados en Truvada®), en personas sin experiencia en tratamiento. Los datos a las 96 semanas demostraron la no inferioridad de ATV/r frente a LPV/r [véase La Noticia del Día 28/10/08]. El 13% de las personas inscritas de la cohorte CASTLE presentaba infección por hepatitis B ó C en el momento de registrarse en el ensayo.

En este subestudio, las respuestas virológica e inmunitaria fueron similares en las personas con hepatitis B ó C que recibieron ATV/r ó LPV/r. Atazanavir/r mostró un perfil lipídico más favorable y produjo un menor número de efectos adversos gastrointestinales entre las personas con hepatitis que lopinavir/r. Aunque la tasa general de elevación de las transaminasas fue baja, se produjeron unos pocos casos de grado 3 y 4 en la rama de ATV/r frente a ninguno en la de LPV/r cuya causa se desconoce.

Los autores concluyeron afirmando que, "con un estrecho seguimiento de las pruebas de la función hepática, atazanavir/r puede considerarse como parte de la TARV en los pacientes naive con hepatitis".

El doctor Macías, del Hospital Universitario de Valme, Sevilla, presentó otro estudio multicéntrico sobre la seguridad hepática de tipranavir potenciado con ritonavir (TPV/r, Aptivus®) en la práctica clínica.

El estudio contó con 150 pacientes que comenzaron un régimen que contenía TPV/r, setenta de los cuales estaban coinfectados por hepatitis C y 80 sólo tenían VIH. Un total de 12 (8%) personas [seis en cada grupo] experimentaron una elevación de las transaminasas de grado 3 o superior, y nueve (6%) abandonaron TPV/r a causa de acontecimientos hepáticos.

En sus conclusiones, los autores sostienen que “la tolerabilidad hepática de tipranavir/r fue, por lo general, buena en una cohorte de pacientes con una elevada proporción de coinfección por VIH/VHC, incluyendo personas con fibrosis avanzada". Y añaden: "No parece necesario efectuar análisis de sangre más frecuentes en estos pacientes."

Por último, se presentó un estudio transversal, llevado a cabo por un grupo de investigadores del Hospital Carlos III de Madrid, encabezado por el doctor Blanco, que evaluó los factores de riesgo asociados a la fibrosis hepática avanzada en 681 personas con VIH. La técnica diagnóstica utilizada fue la elastometría transitoria (FibroScan®), una técnica no invasiva.

Tras efectuar un análisis multivariable, los autores encontraron que el consumo excesivo de alcohol y la esteatosis hepática no alcohólica [acumulación de grasa en el hígado acompañada de un proceso inflamatorio] como resultado de la resistencia a la insulina y/o la exposición a didanosina (ddI, Videx®) o estavudina (d4T, Zerit®) representan una causa emergente de fibrosis hepática avanzada en personas con VIH. Por el contrario, ni la hepatitis B ni la C se asociaron con este fenómeno.

Fuente: Elaboración propia.
Referencias: Soriano V. What’s new in hepatitis C? IX International Congress on Drug Therapy in HIV Infection. 11 November 2008, Glasgow, UK. Abstract O232.

Teira R, Geijo P, et al. Risk factors for end-stage liver disease among HIV and hepatitis C virus co-infected patients in the Spanish VACH Cohort. IX International Congress on Drug Therapy in HIV Infection. 12 November 2008, Glasgow, UK. Abstract P134.

Absalon J, et al. Atazanavir is safe and efficacious in HBV and HCV co-infected patients: results of AI424138 (CASTLE). IX International Congress on Drug Therapy in HIV Infection. November 2008, Glasgow, UK. Abstract P 136.

Macías J, Orihuela F, et al. Hepatic safety of tipranavir/ritonavir (TPV/r)-based antiretroviral therapy: effect of hepatitis virus co-infection and baseline liver fibrosis. IX International Congress on Drug Therapy in HIV Infection. November 2008, Glasgow, UK. Abstract P 141.

Blanco F, Barreiro P, et al. Risk factors for advanced liver fibrosis in HIV-infected individuals: role of the metabolic síndrome. IX International Congress on Drug Therapy in HIV Infection. November 2008, Glasgow, UK. Abstract P 137.

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