Empecé a tomar AZT y me bajaron las defensas y la hemoglobina. En 1999, comencé la terapia triple, pero mi sistema inmunológico no resistió el Crixivan. Caí en fase de SIDA pesando 35 kilos de los 70 que pesaba. Tuve una candidiasis esofágica que me cerró el esófago de tal manera que me atragantaba hasta con el agua.
Pasaba hasta 15 días sin comer. Los médicos me dejaron como para morirme en casa. A raíz de eso tuvieron que realizarme dilataciones esofágicas para agrandarme el esófago. Me insertaban cinco tubos para agrandarlo. Estuve cada mes durante dos años pasando esas penurias.
Gracias a Dios, camino, puedo comer bien y, cada año, me hacen esas intervenciones. Soy feliz, este virus no me va a matar.
Vive la vida, vive el momento.
Chao a todos.