El creciente impacto del VIH sobre las mujeres
Tras dos décadas y media de pandemia de sida, las nuevas infecciones continúan desbordando la respuesta mundial. Según los nuevos datos hechos públicos por el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), se calcula que 33,2 millones de personas viven actualmente con VIH en el mundo, y el número de infecciones entre las mujeres sigue aumentado en muchas regiones. En 2007, las mujeres representaban el 50% del total mundial de adultos con VIH. Por regiones, en el África subsahariana suponen el 60% de las nuevas infecciones en adultos, el 40% en Europa del Este y Asia Central y el 43% en Asia1. En el África subsahariana, la diferencia en las tasas de infección entre los jóvenes de ambos sexos es sorprendente: casi tres de cada cuatro infecciones se producen en mujeres jóvenes2.
La mayor vulnerabilidad biológica de las mujeres, junto con las inequidades sociales y económicas, constituyen factores que alimentan la epidemia mundial. Las normas y desigualdades de género enquistadas originan unos desequilibrios en las relaciones que afectan a la capacidad de las mujeres para controlar o negociar los términos de las relaciones sexuales y el uso del preservativo. La pobreza y la dependencia económica respecto a los hombres son aspectos que limitan también la capacidad de las mujeres para protegerse a sí mismas y obliga a algunas a recurrir al sexo comercial para sobrevivir. Las normas culturales que limitan el acceso de las mujeres a la información sobre la sexualidad, junto con la amenaza de la violencia o de la pérdida de apoyo económico, pueden reducir el margen de maniobra de la mujer para tratar con su pareja el tema de la prevención del VIH.
Al tiempo que sufren cada vez con mayor crudeza el impacto de la enfermedad sobre su propia salud, las mujeres y adolescentes por lo general son las encargadas de atender a los niños huérfanos y en situación vulnerable por culpa del sida, así como a las personas con enfermedades relacionadas con el VIH. Las mujeres afectadas por el virus y sus familias se ven empobrecidas cada vez más, lo que aumenta su vulnerabilidad frente a las enfermedades infecciosas. Además, las mujeres infectadas o afectadas por el VIH a menudo se enfrentan al estigma y la discriminación, lo que puede conducir al ostracismo, el maltrato y la indigencia.
Las mujeres necesitan un abanico de opciones preventivas
Dada la compleja red de factores fisiológicos y socioeconómicos que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres frente a la infección, una respuesta integral a la epidemia de VIH y sida exige ampliar y reforzar la variedad de enfoques preventivos. Entre estas intervenciones se cuentan: aumentar el acceso a la educación y los servicios de salud sexual y reproductiva (especialmente para las personas jóvenes), cambiar las normas de género y luchar contra la violencia y coacción sexual, aumentar la disponibilidad y el acceso a preservativos masculinos y femeninos, promover -en la medida de lo posible- una reducción en el número de parejas y la abstinencia, aumentar el acceso a la realización voluntaria de pruebas y counselling del VIH (y derivar a las personas a los servicios de tratamiento, atención y apoyo adecuados), aumentar los servicios de circuncisión segura y prevenir la transmisión de madre a hijo.
Sin embargo, los enfoques actualmente disponibles para prevenir la infección por VIH son insuficientes. Son necesarias nuevas y mejores herramientas de prevención a largo plazo, especialmente aquéllas que puedan iniciar o controlar las mujeres. Las vacunas y los microbicidas son nuevas y prometedoras tecnologías para prevenir el VIH. Los microbicidas (que se están desarrollando para que las mujeres los usen y así eviten o reduzcan el riesgo de infección por VIH durante las relaciones sexuales) podrían aumentar el nivel de control y la capacidad de las mujeres para protegerse a sí mismas. Una vacuna contra el sida eficaz ofrecería una solución al problema de la epidemia mundial a largo plazo. Las mujeres podrían acceder y emplear la vacuna con o sin el conocimiento de sus parejas. Las mujeres jóvenes, que son especialmente vulnerables a la infección, podrían ser vacunadas en su preadolescencia, antes del inicio de la actividad sexual o de la adopción de otros comportamientos potencialmente de alto riesgo.
Las vacunas constituirían por sí mismas una opción importante, pero también podrían emplearse como protección adicional en combinación con otras nuevas herramientas preventivas del VIH (como los microbicidas) o con métodos ya existentes (como el preservativo femenino) para aumentar su eficacia. En conjunto, estas herramientas proporcionan un abanico de opciones que debe estar disponible para atender las diversas necesidades y preferencias de mujeres y adolescentes. Una mayor diversidad de opciones también aumentaría la probabilidad de su uso, reduciéndose así las tasas de infección por VIH.
El esfuerzo mundial para desarrollar una vacuna contra el sida
A pesar de que el desarrollo de una vacuna contra el sida es un proyecto a largo plazo, no cabe duda de que su búsqueda debe continuar y lo hará. Sin embargo, para respaldar las labores de investigación y desarrollo (I+D) de una vacuna, es crucial contar con una financiación estratégicamente orientada y un compromiso político.
La financiación de la I+D de vacunas contra el sida ha pasado de unos 548 millones de dólares en 2002 a 961 millones en 20073. Actualmente, los consorcios científicos compuestos por los principales investigadores del campo del VIH están abordando los aspectos más críticos presentes en la tarea de desarrollar una vacuna contra el sida. No obstante, el esfuerzo aún no es proporcional al desafío. En los últimos 30 años, todas las vacunas aprobadas se han desarrollado gracias a la implicación del sector privado. Hasta la fecha, el compromiso de la industria en la I+D de vacunas contra el sida ha sido mínimo. En la actualidad, las empresas farmacéuticas y tecnológicas contribuyen con apenas el 10% de la inversión total en la I+D de estas vacunas.
Conclusión
Las vacunas contra el sida podrían convertirse en una de las más poderosas herramientas para la salud y la igualdad en el mundo. Por este motivo, la comunidad internacional debe garantizar la inclusión de la I+D de estas vacunas dentro de las agendas más amplias de desarrollo y reducción de la pobreza relacionadas con el VIH y el sida.
La investigación intensiva en vacunas debe situarse en un lugar destacado entre las prioridades de salud mundial y de las mujeres. Los activistas por los derechos de las mujeres, los artífices de políticas, los investigadores, las organizaciones de desarrollo y todas las personas comprometidas en la mejora de las vidas de las mujeres deberían promover la investigación en vacunas contra el sida e implicarse activamente en su desarrollo y, en consecuencia, ayudar a garantizar el futuro acceso de aquéllas a esta tecnología crítica para prevenir el sida.
El efecto del VIH sobre mujeres y adolescentes
En el mundo, 15,5 millones de mujeres de 15 años o más de edad viven con VIH1
El 67% de todas las mujeres con VIH viven en el África subsahariana
En el África subsahariana, casi tres de cada cuatro infecciones se producen en mujeres jóvenes 2
Las infecciones en mujeres están aumentando en Asia, Europa del Este y Latinoamérica1
El porcentaje de mujeres embarazadas con VIH que recibieron un tratamiento antirretroviral para prevenir la transmisión del virus a los recién nacidos aumentó del 9% en 2004 al 33% en 20071
Notas
1. UNAIDS. 2008. 2008 Report on the Global AIDS Epidemic. Geneva: UNAIDS.
2. UNAIDS. 2006. Keeping the Promise: An Agenda for Action on Women and AIDS. Geneva: UNAIDS.
3. HIV Vaccines and Microbicides Resource Tracking Working Group. 2008. Sustaining the HIV Prevention Research Agenda: Funding for Research and Development of HIV Vaccines, Microbicides and other New Prevention Options, 2000-2007. [Online] Available from http://www.hivresourcetracking.org/content/RT_report_August2008.pdf. [Accessed January 27, 2009]
Sobre IAVI
La misión de IAVI es garantizar el desarrollo de unas vacunas preventivas del VIH seguras, eficaces y accesibles para su uso en todo el mundo. IAVI es un partenariado público-privado de ámbito mundial sin ánimo de lucro que trabaja para acelerar el desarrollo de una vacuna para prevenir la infección por VIH y el sida. Fundada en 1996, IAVI investiga y desarrolla candidatas a vacunas, realiza análisis de políticas y actúa como activista en este campo. IAVI respalda un enfoque integral frente al VIH/sida que equilibre la expansión y el fortalecimiento de los programas existentes de prevención y tratamiento con inversiones orientadas a nuevas tecnologías preventivas del sida. También trabaja para garantizar que todos aquellos que la necesitan puedan acceder a una futura vacuna.
Siendo la única organización mundial centrada únicamente en el desarrollo de una vacuna contra el sida, IAVI tiene el compromiso de promover la educación sobre vacunas en todo el mundo, involucrar comunidades en el proceso de ensayo y mejorar la infraestructura médica en las zonas más afectadas por la epidemia. Con cinco oficinas en todo el mundo (Nueva York, Ámsterdam, Nueva Delhi, Nairobi y Johannesburgo), IAVI colabora con los sectores público y privado tanto en los países industrializados como en vías de desarrollo.
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