En el segundo día del Congreso sobre tratamientos contra el VIH que se está celebrando en Glasgow, Reino Unido, y dentro del grupo temático “Estrategias en tratamientos”, Myron S. Cohen, de la Universidad de Carolina del Norte (Chapel Hill), habló del uso de antirretrovirales (ARV) en la prevención de la infección por VIH. Este abordaje para la prevención contempla la profilaxis pre-exposición (PrEP), la profilaxis post-exposición (PEP) y una tercera opción consistente en reducir la carga viral en personas con infección ya establecida.
PrEP es la administración de fármacos antirretrovirales como medida preventiva en personas sin VIH. PEP es la toma de medicación para el VIH justo después de la exposición al virus con el objetivo de evitar la cronificación y que la persona siga viviendo sin VIH. La reducción de la carga viral en personas ya infectadas puede hipotéticamente resultar en un menor grado de la capacidad de transmisión del VIH, esto es, que le sea más difícil transmitirse a un nuevo organismo durante una exposición debido al muy bajo número de copias que se reproducen.
Las investigaciones llevadas a cabo en animales han mostrado que COMBOPREP -una combinación de tenofovir y emtricitabina- administrado oralmente y de forma diaria suponen una protección sustancial (aunque incompleta) frente a la infección (García-Lemer et al, CROI 2006). Y un estudio en humanos completado en Ghana mostró cierto grado de eficacia en el uso de tenofovir en PrEP puesto que 2 personas del grupo de tratamiento se infectaron frente a 6 del grupo control que tomó placebo (Peterson et al, 16ª IAS).
Otros estudios realizados en animales mostraron que los fármacos ARV administrados a las pocas horas de la exposición (hasta 72 horas) durante 28 días podrían resultar fiables en la prevención de la transmisión del virus. Sin embargo, estudios observacionales han puesto de manifiesto varios casos de fracaso de PEP con personas que lo han usado reiteradamente, lo que sugiere además un posible fracaso del counselling que debería acompañar a este tipo de intervenciones.
La terapia antirretroviral combinada puede reducir de forma rápida y estable las concentraciones de VIH en sangre, semen y flujo vaginal, lo cual ha mostrado su eficacia en la reducción de la tasa de transmisión del virus en parejas serodiscordantes, aunque no es algo exento de polémica. Estudios realizados en Taiwan mostraron que TARGA podía contribuir a una significativa reducción de la expansión de la epidemia. Por ello, y con el fin de comprender mejor los mecanismos de acción de este enfoque, los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en sus siglas en inglés) de los EE UU han completado un ensayo piloto (NIH HPTN052) con parejas serodiscordantes cuyos datos se publicarán próximamente.
No obstante, Cohen advirtió de las limitaciones del uso de ARV como medida de prevención del VIH, como el hecho de no disponer aún de suficiente evidencia clínica sobre la eficacia de este uso, los costes derivados de una exposición no deseada, las posibles resistencias resultantes del uso de fármacos ARV o la posibilidad de que aumenten las conductas sexuales de riesgo ante una engañosa sensación de seguridad.
Terminó afirmando que la terapia ARV formará parte de una estrategia global de prevención del VIH y que la comunidad científica no tiene más opción que continuar estudiando los efectos del tratamiento ARV en la transmisión del virus.
Fuente: Elaboración propia.
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