Vincular la atención del VIH y de las drogodependencias en personas que se inyectan drogas en Rusia resulta eficaz

Jordi Piqué
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Pese a la significativa mejora alcanzada con la implementación de este modelo integrado de atención, las barreras de acceso continúan siendo un reto

Un estudio estadounidense, cuyos resultados se han publicado en la revista The Lancet VIH, ha revelado que un modelo de atención integrado y pragmático basado en proporcionar un acceso rápido al tratamiento antirretroviral, a la farmacoterapia para el trastorno por consumo de opioides y una gestión de casos basada en los puntos fuertes -un tipo de gestión orientado a la rehabilitación que identifica las fortalezas y metas del usuario- mejoró los resultados del tratamiento de las personas con el VIH usuarias de drogas inyectables en San Petersburgo (Rusia).

Rusia sigue teniendo la mayor epidemia de VIH de Europa, registrándose un número total de personas seropositivas superior a 1,4 millones y más de 71.000 nuevas infecciones en 2021. Entre las personas rusas con el VIH recién diagnosticadas en 2021, el 28% declaró haber consumido drogas inyectables en el pasado. Se ha constatado que existe una reducida cobertura de tratamiento antirretroviral en Rusia para las personas con el VIH que se inyectan drogas. En particular, no existe una integración de los servicios que proporcionan atención del VIH y los que ofrecen tratamiento de las adicciones a drogas en el país ruso.

Un equipo de investigadores del Medical Center de Boston (EE UU) realizó el estudio Linking Infectious and Narcology Care-Part II (LINC-II), un ensayo controlado, aleatorizado, abierto y de dos brazos llevado a cabo en el City Addiction Hospital de San Petersburgo (Rusia). El objetivo era evaluar una intervención dirigida a personas con el VIH que recibían farmacoterapia por trastorno por consumo de opioides (específicamente se trataba de usuarios de drogas inyectables) para vincularlas con la atención del VIH con la finalidad de lograr que alcanzaran una carga viral indetectable.

Los participantes eran mayores de 18 años, tenían el VIH, no recibían tratamiento antirretroviral y estaban ingresados en un hospital para drogodependencias, o bien habían recibido tratamiento antirretroviral y tenían un diagnóstico reciente de trastorno por consumo de opioides.

Se asignó a las participantes aleatoriamente (1:1) a una intervención con múltiples dispositivos (acceso rápido al tratamiento antirretroviral, naltrexona para el trastorno por consumo de opioides y gestión de casos basada en los puntos fuertes) o a la atención estándar. La aleatorización en bloque se estratificó según los antecedentes de uso de terapia antirretroviral. El objetivo principal del estudio fue comparar entre los grupos las tasas de carga viral del VIH indetectable a los 12 meses, definida como inferior a 40 copias/mL. El ensayo se realizó y analizó según el principio de intención de tratar.

Entre el 19 de septiembre de 2018 y el 25 de diciembre de 2020, se seleccionó a 225 personas para participar en el estudio (de un total de 953 personas elegibles), las cuales fueron asignadas de modo aleatorio a un grupo de intervención (n= 111) o bien a un grupo de atención estándar (n= 114). El 60% (136) de los participantes eran hombres y el 40% (89) mujeres.

Los participantes del grupo de intervención tuvieron mayores probabilidades de lograr una carga viral indetectable del VIH a los 12 meses en comparación con los participantes del grupo de atención estándar (52 [47%] frente a 26 [23%]; cociente de probabilidades ajustado [CPa]: 3,0 [intervalo de confianza del 95%: 1,4-6,4]; p= 0,0039).

En el estudio se notificaron 21 acontecimientos adversos (18 en el grupo de intervención y tres en el de atención estándar) y 14 muertes (cuatro en el grupo de intervención y diez en el de atención estándar).

Aunque el estudio se centró en las personas con el VIH que se inyectan drogas en San Petersburgo, las implicaciones del inicio precoz de la terapia antirretroviral van mucho más allá de las fronteras nacionales.

Con la implementación de este modelo integrado de atención del estudio, los investigadores esperan mejorar el tratamiento de las personas con el VIH que se inyectan drogas abordando las barreras que dificultan el acceso tanto a la atención del VIH como a la de las drogodependencias, un reto tanto en Rusia como en otros países con estas poblaciones específicas y especialmente vulnerables.

Los resultados del estudio respaldan la utilidad de ampliar el enfoque en Rusia, sobre la base de los resultados positivos alcanzados y de la gran receptividad de los participantes a los elementos de la intervención desarrollada. Además, los investigadores creen que, aunque se consiguieron mejoras significativas con la intervención, los resultados ponen de manifiesto el gran reto que supone tratar eficazmente a las personas con el VIH que se inyectan drogas. Dada la eficacia de la intervención del estudio LINC-II, la ampliación de este modelo podría ser una estrategia para avanzar hacia el objetivo de ONUSIDA de acabar con la epidemia de VIH.

Fuente: Medical Xpress / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencia: Samet JH, et al. Rapid access to antiretroviral therapy, receipt of naltrexone, and strengths-based case management versus standard of care for HIV viral load suppression in people with HIV who inject drugs in Russia (LINC-II): an open-label, randomised controlled trial. The Lancet HIV (2023). DOI: 10.1016/S2352-3018(23)00143-1

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