Las guías terapéuticas utilizadas en la práctica clínica habitual no recomiendan una terapia anti-VIH sin inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN). Este hecho se debe a que, hasta la fecha, no existían combinaciones de familias de fármacos capaces de igualar en eficacia y/o tolerabilidad a aquellas que incluían dichos nucleósidos. Sin embargo, la llegada de los inhibidores de la integrasa -de los que el único fármaco comercializado hasta este momento es raltegravir (Isentress®)- podría permitir nuevas combinaciones que obviaran el empleo de ITIN, especialmente útiles en personas con experiencia en tratamientos y virus con elevada resistencia a esta familia de fármacos.
Aparte de la evaluación de la eficacia de la biterapia formada por raltegravir y darunavir (Prezista®) potenciado por ritonavir (Norvir®) [véase La Noticia del Día 02/09/2011], en la VI Conferencia sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH de la Sociedad Internacional del Sida (IAS, en sus siglas en ingles) se presentaron también los resultados de un estudio italiano que evaluó el uso de combinaciones de antirretrovirales sin ITIN en una cohorte de personas con VIH y, en una gran mayoría de casos, con experiencia en tratamientos. El objetivo del ensayo para el que fue creada la cohorte, de tipo prospectivo, observacional y multicéntrico, era analizar la incidencia de acontecimientos adversos en personas que tomaban darunavir o raltegravir. No obstante, el presente subestudio se centró en las combinaciones de fármacos que evitaban el empleo de nucleósidos.
De las 668 personas con VIH incluidas en la cohorte, un total de 202 (30,2%) recibían regímenes de antirretrovirales sin ITIN. Dentro de estos regímenes, el 28,2% estaban basados en raltegravir, el 6,9% en darunavir y el 64,8% en ambos fármacos.
El 69% de las pacientes que no tomaban ITIN eran hombres, el 92,2%, de etnia blanca, el 38,3% se encontraban en estadio C de la infección por VIH (de acuerdo con la clasificación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU [CDC, en sus siglas en inglés]), el 38,9% tenían lipodistrofia y el 37,3% presentaban coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC).
Al inicio del estudio, la mediana de edad era de 46 años y la duración mediana del tratamiento antirretroviral, de 12,4 años. La mediana del recuento de CD4 era de 361 células/mm3 y la de la carga viral de 3,3log. Solo tres participantes incluidos en la cohorte no tenían experiencia en tratamientos al comienzo del ensayo.
Entre los años 2005 y 2010 se identificó un incremento notable en el número de regímenes de antirretrovirales sin ITIN (se pasó del 5,9% al 30,6%; p= 0,001). Un hecho destacable fue que el uso de regímenes sin nucleósidos fue menos común en personas monoinfectadas por VIH que en aquellas coinfectadas por VHC (porcentajes del 26,2% y del 36,6%, respectivamente).
Los autores del estudio concluyeron que su análisis proporciona información importante relativa al empleo creciente de regímenes sin ITIN, sobre todo aquellos que incluyen raltegravir y darunavir potenciado por ritonavir. Este tipo de combinaciones se dieron con mayor frecuencia entre personas coinfectadas por el virus de la hepatitis C, aspecto que los investigadores atribuyeron al intento de reducir la toxicidad de la combinación de terapia antirretroviral y terapia anti-VHC.
Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Di Biagio A, Maggi P, Pellicanò G, et al. NRTI-sparing regimen in clinical practice: the SCOLTA cohort. 6th International AIDS Society (IAS) Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention. Rome, July 2011 (Abstract CDB376).
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