Los resultados de dos estudios australianos sobre el uso de la profilaxis preexposición frente al VIH (PrEP) entre los hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH) han permitido definir dos posibles “cascadas de atención de la PrEP”, una de ellas de tres pasos y la otra de siete, que podrían utilizarse para monitorizar la implementación de la herramienta preventiva. Los resultados de dichos estudios han sido publicados recientemente en la edición digital de la revista Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.
La cascada de servicios del VIH se ha convertido en una herramienta imprescindible que permite a los responsables de la salud pública monitorizar la respuesta en cada una de las fases incluidas en la atención de las personas con el VIH. La cascada ilustra el porcentaje de personas con el VIH que se encontraría en cada una de las fases del continuo de atención del VIH y permitiría, sobre la base de los resultados, identificar problemas para cada uno de los pasos y dónde concentrar los esfuerzos para evitar descensos bruscos entre diferentes fases. De hecho, en el objetivo 90-90-90 de ONUSIDA se recogen los tres puntos clave de este continuo de atención (diagnosticar al 90% de las personas con el VIH; ofrecer tratamiento antirretroviral al 90% de personas diagnosticadas; y conseguir la supresión viral del 90% de las personas en tratamiento).
Sobre la base de esta cascada de tratamiento del VIH, anteriormente investigadores estadounidenses propusieron una cascada de la PrEP al VIH de nueve pasos con el fin de conseguir que esta herramienta preventiva se implementara con éxito (véase La Noticia del Día 24/01/2017 ).
En esta ocasión, investigadores de la Universidad de Nuevas Gales del Sur (Sídney, Australia) han diseñado dos posibles cascadas de PrEP teniendo en cuenta los resultados de dos estudios nacionales.
El primero de ellos, conocido como el estudio periódico de la comunidad gay (GCPS, por sus siglas en inglés) lleva realizándose desde 1996 en diferentes ciudades del continente. En tres de las ciudades (Sídney, Melbourne y Queensland) se recogen datos anualmente y en el resto de ciudades cada dos años. Desde 2014 se recogen datos relativos a la PrEP.
Desde 2014 hasta la recogida de datos en 2018 se sumaron un total de 39.670 participantes acumulados, donde muchos habían participado en diferentes ocasiones. A lo largo de los años, la edad media de los participantes fue de 35 años, el 70% había nacido en Australia, el 51% contaba con estudios universitarios y el 64% trabajaba a jornada completa.
El segundo estudio, conocido como proyecto PrEPARE, se basa en una encuesta bianual que recoge datos sobre las actitudes de los hombres GBHSH en relación con la prevención biomédica. La encuesta se ha llevado a cabo en 2011, 2013, 2015 y 2017, pero solo se han utilizado los datos de la última encuesta para el análisis actual.
La encuesta de 2017 la respondieron 1.038 hombres con una media de edad de 36 años. El 80% de los participantes había nacido en Australia, el 45% tenía estudios universitarios y el 64% trabajaba. En comparación con los participantes del primer estudio, estos últimos reportaron un mayor número de relaciones sexuales sin el uso del preservativo, un mayor número de parejas sexuales y de pruebas de cribado del VIH realizadas.
El primer paso en ambas cascadas fue la elegibilidad para la PrEP , aunque se definió de manera ligeramente diferente en ambas encuestas. Los criterios de elegibilidad fueron haber utilizado metanfetamina en los últimos 6 meses, el diagnóstico de alguna infección de transmisión sexual (diferente al VIH) en el último año, haber mantenido relaciones sexuales anales sin preservativo en los últimos 6 meses con una pareja sexual habitual con el VIH y la carga viral no suprimida y sexo anal sin preservativo en los últimos 6 meses con una pareja sexual casual. Para este último criterio, el estudio GCPS lo restringió al sexo anal receptivo sin preservativo mientras que en PrEPARE se incluyó tanto el sexo receptivo como insertivo.
En el estudio GCPS la elegibilidad para la PrEP aumentó del 28% de los participantes en 2014, al 36% en 2017 y al 37% en 2018.
El segundo paso en esta cascada fue el conocimiento de la PrEP donde se identificó en el 30% de los que eran elegibles para usarla (8% del total de encuestados) en 2014, en el 80% de los elegibles en 2017 y en el 87% en 2018 (32% del total de encuestados).
El último de los criterios fue el uso de la PrEP . En 2014 solo el 3,7 % de los participantes elegibles (0,3% del total) la utilizaba, en 2017 el 37% de los elegibles la utilizaban (11% del total) y en el 2018 ascendió al 45% de los elegibles (15% del total).
Los siete pasos de la cascada en el estudio PrEPARE en 2017 incluyeron la elegibilidad para la PrEP (54%),el conocimiento de esta herramienta (53%), ladisponibilidad a utilizarla (36%),hablar de la PrEP con el médico (26%), el uso de la PrEP (21%), haberse realizado pruebas del VIH y otras ITS en los tres meses (20%) y reducción de la preocupación por infectarse del VIH y aumento del placer debido al uso de la PrEP (15%).
Las cascadas permiten identificar los vacíos entre los diferentes pasos para así garantizan el uso eficaz de las herramientas de prevención , en este caso la PrEP. En el estudio PrEPARE, por ejemplo, pese a que el 97% de los elegibles había oído hablar sobre la PrEP solo el 68% estaba dispuesto a utilizarla. Asimismo, se produjo un descenso del 14% en la disposición a hablar de la PrEP con el médico, lo que significa que menos de la mitad de los encuestados elegibles habían hablado sobre la herramienta con su médico. El 78% de estos comenzó a utilizar la herramienta, es decir, un 35% de los que cumplían criterios de elegibilidad.
El 97% de los que comenzaron la PrEP se realizaron pruebas de VIH e ITS de manera regular de los cuales el 76% informó de una menor preocupación por el VIH y mayor placer (29% de los elegibles o el 15% del total). Esta cifra coincide con el último paso de la cascada anterior.
Los resultados de la cascada de tres pasos muestran que el conocimiento sobre la PrEP no se traduce necesariamente en un mayor uso. Según los expertos, esta cascada pese a ser más fácil de compilar se olvida de dos pasos cruciales: uno cognitivo (estar dispuesto a utilizarlo) y otro basado en la acción (hablar de la herramienta con el médico), por lo que sugieren la incorporación del primero de estos pasos en la encuesta de GCPS.
Los expertos refieren que sería de utilidad estandarizar las cascadas de PrEP para que los estudios utilicen los mismos pasos. La cascada de tres pasos permite una monitorización más sencilla y es la que se utiliza en un gran número de estudios. Sin embargo, podrían ser necesarias cascadas con más pasos para identificar los vacíos entre los diferentes pasos.
Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia ( gTt-VIH )
Referencia: Holt M et al. HIV Preexposure Prophylaxis Cascades to Assess Implementation in Australia: Results From Repeated, National Behavioral Surveillance of Gay and Bisexual Men, 2014–2018. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes (JAIDS), 6 de enero de 2020
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