Un estudio publicado en la edición digital de AIDS ha concluido que curar la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) en personas coinfectadas por VIH se traduciría en mejoras significativas del grado de fibrosis hepática, incluso entre aquellas personas que se habían curado en estadio de cirrosis.
Un porcentaje importante de personas con VIH se encuentran, además, coinfectadas por VHC. En estas personas, dado que la enfermedad hepática progresa más rápidamente que en la población general, la hepatitis es la principal causa de morbilidad y mortalidad. Las elevadas tasas de curación con los nuevos tratamientos frente al VHC –y su eficacia similar en pacientes mono- y coinfectados– han llevado a los hepatólogos y a los investigadores a preguntarse qué significado clínico tendría a largo plazo la curación de la hepatitis C en personas con VIH.
Aunque la reducción del riesgo de descompensación o de consecuencias de la enfermedad hepática tras la curación de la hepatitis C es un hecho bien conocido tanto en mono- como en coinfectados, su efecto sobre la regresión del grado de fibrosis es más incierto.
Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto, investigadores de la cohorte francesa ANRS CO13 HEPAHIV de personas coinfectadas por VIH y VHC diseñaron un estudio observacional prospectivo para determinar el impacto de alcanzar la curación de la hepatitis sobre el grado de fibrosis hepática. El seguimiento de los participantes fue de casi cuatro años (44,6 meses).
Se incluyó en el estudio un total de 98 personas con, al menos, un resultado en la prueba de elastometría transitoria (FibroScan) de 7,1KPa o mayor (lo cual supondría encontrarse en estadio F2 o superior según la escala Metavir) antes de iniciar el tratamiento.
En el diseño del estudio se definió disminución significativa del grado de rigidez hepática como todo aquel descenso del 30% en el resultado de la prueba de elastometría respecto a los niveles previos al inicio del tratamiento.
Los investigadores compararon los resultados de quienes habían obtenido una disminución significativa del grado de fibrosis y habían alcanzado respuesta virológica sostenida (RVS, carga viral indetectable del VHC a los seis meses de finalizar el tratamiento, sinónimo de curación de la hepatitis C) con los de quienes obtuvieron dicha disminución sin alcanzar RVS. Un subestudio se centró en la evolución de aquellos participantes que iniciaron el tratamiento frente al VHC con resultados en las pruebas de elastometría de 12,5KPa o superiores (personas con cirrosis hepática).
El 77% de los participantes eran hombres y la edad promedio era de 46 años. Todos los participantes tomaban terapia antirretroviral e iniciaron el tratamiento frente al VHC con una mediana del recuento de CD4 de 328 células/mm3. El 86% iniciaron el tratamiento frente al VHC con carga viral indetectable del VIH. La mediana de la medición de la rigidez hepática previa al tratamiento fue de 10,6KPa.
Un total de 89 de las 98 personas incluidas recibió un tratamiento frente al VHC formado por interferón pegilado y ribavirina. El resto recibió dichos fármacos junto a un inhibidor de la proteasa del VHC de primera generación (boceprevir [Victrelis®] o telaprevir [Incivo®]).
El 54% de los participantes obtuvo RVS. Tras un año de seguimiento, el 51% de quienes alcanzaron RVS y el 28% de quienes no se curaron obtuvieron una reducción significativa del grado de rigidez hepática. Dicha diferencia se incrementó a los dos años de seguimiento (74 y 28%, respectivamente).
En el caso de las personas con cirrosis hepática, 14 de las 18 que alcanzaron RVS obtuvieron reducciones significativas del grado de rigidez hepática. En cambio, solo 3 de las 17 que no obtuvieron RVS experimentaron reducciones significativas del grado de rigidez hepática.
Tras ajustar los resultados en función de diversos factores de confusión, alcanzar RVS se asoció significativamente a una reducción del 30% o superior en el grado de rigidez hepática (cociente de probabilidades [CR]: 5,77; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,00-16,22; p= 0,001). Dicha relación fue aún más marcada en personas con cirrosis hepática antes de iniciar el tratamiento (CR: 8,21; IC95%: 2,15-31,43; p= 0,002).
Las personas con RVS presentaron una probabilidad 2,6 veces superior de experimentar la disminución de, al menos, un estadio de fibrosis según la escala Metavir (IC95%: 1,4-4,7; p= 0,001).
En el caso de las personas con cirrosis hepática previa al tratamiento, a los dos años de seguimiento, el 68% de las personas con RVS habían pasado a estadio F3, mientras que solo el 20% de quienes no alcanzaron RVS pasó a estadio F3.
Los resultados del presente estudio son esperanzadores y muestran cómo la curación de la infección por VHC permite la regresión de la enfermedad hepática incluso en aquellos casos en los que esta se encontraba en estadio de cirrosis. Ello supondría eliminar la principal causa de morbimortalidad en el conjunto de las personas coinfectadas por VIH y VHC, por lo que el acceso de estas personas a los nuevos tratamientos contra el VHC –mucho más eficaces y tolerables que los utilizados en el presente estudio– debería ser considerado prioritario.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia: The ANRS CO13 HEPAVIH Cohort Regression of liver stiffness after sustained HCV virological responses among HIV/HCV-coinfected patients. AIDS, online edition.
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