El resultado de la prueba fue un shock para mí, me llevó meses recuperarme y hacerme a la idea. Actualmente estoy en tratamiento con una pastilla al día. Empecé el tratamiento con mucho miedo, al saber que era de por vida y haber leído todos los efectos secundarios. Gracias a dios, solo tuve pequeñas molestias estomacales, y pequeñas palpitaciones.
Con esto no quiero decir que la gente se relaje porque el tratamiento sea cómodo, ya que se siguen teniendo secuelas, como la boca seca, no descansar bien, pequeñas molestias, etc.
Lo que peor llevo de esta enfermedad no es tener que tomar el tratamiento de por vida, ni los reconocimientos médicos… es tener que justificarme o mentir en mi trabajo cuando voy a las revisiones. No puedo decir abiertamente lo que me pasa, ya que soy consciente de que por lo general produce rechazo y prejuzgan mi vida privada y sexual. Es triste que para no te rechacen o especulen con tu vida tengas que mentir, esto hace que ésta enfermedad no tenga visibilidad, es el pez que se muerde la cola.
Considero que respecto a ésta última parte, se deberían realizar campañas de concienciación a la sociedad, porque ahora que lo sufro me doy cuenta que las personas portadoras de VIH son los últimos olvidados. Ves campañas en la televisión y redes sociales contra el cáncer, leucemia, enfermedades raras, el ELA, etc. Pero, ¿quién se acuerda de las personas con VIH? Solo alguna asociación el día 1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el Sida.
Quiero terminar mencionando que lo positivo de todo esto es que estoy siendo capaz de seguir adelante a pesar de las adversidades, lo que se llama resilencia. He intentado hacerlo con mente positiva y animo a todos los portadores que me estén leyendo a que sigan adelante, intentando confiar y ver el lado positivo de todo, a cuidarse, sobre todo del estrés, a evitar preocupaciones, alimentarse bien, etc.
La base de todo es la mente y los pensamientos que permitimos o hacemos, un saludo a todos.