Bueno, mi pareja sentimental es un señor de 41 años. Mis inicios como homosexual se dieron a los 19 años, aunque toda mi vida supe que lo era. A los 19 me inscribí en una aplicación para gais y conocí a una persona que yo esperaba me brindara amistad, pero me ofreció sexo. Por ende, me asusté y salí de inmediato de esta amistad. Luego conocí a otras personas y tuve mi primera relación -con protección claro- con una persona que pensé que me volvería a llamar, pero no lo hizo.
Luego conocí a un hombre de 35 años con quien mantuve una amistad por largo tiempo. Luego decidí conocerlo y pues el día que lo conocí en su departamento con su experiencia me envolvió y tuve mi tercera relación sexual, a la espera de ser llamado por segunda vez. Esta vez esta persona me llamó para invitarme a tener relaciones, lo que fue un shock para mí y no volví a verle. En mi decepción dejé de buscar a la persona a quien querer y después de unos meses, pasando año nuevo en el 2015, el 4 de enero vi a una persona en mi WhatsApp y le pregunté quién era. Y era la primera persona aquella que conocí que me ofreció sexo a la primera, a la cual yo había bloqueado. Hablamos y quedamos en conocernos, sin ningún compromiso sexual.
Nos conocimos, esa noche no pasó nada. Muy atento desde el primer día, quería pagármelo todo, pero yo jamás lo permití. Pero me gustó su forma de ser. Desde esa noche me llamaba todos los días. Pendiente de mí, me dijo que se enamoró al verme. Lloraba y pues me metí sexualmente con él. Estaba casado y tenía tres hijas. Lo dejó todo por mí. Al conocerle, yo le conté mis decepciones sexuales y él me dijo que no tuvo más relaciones que dos chicos y su esposa, lo cual fue mentira.
Le descubrí después muchos actos sexuales tanto con hombres como con mujeres. Intenté terminar la relación, pero su obsesión conmigo no me lo permitió. Cinco años después de haberlo encontrado con personas citado y mensajes comprometedores, se enfermó de tuberculosis, y yo en total ceguera jamás pensé que tenía el VIH.
Un día le dio un bajón de tensión y lo llevé al médico, al seguro social. Allí me preguntó un médico -también homosexual- que si éramos pareja, a lo que con orgullo respondí que sí y solo bastó que él le preguntara si ya sabía que era portador. Me asusté. El médico trató de tranquilizarme, pero fue inútil. Llegué a mi casa, llamé a alguien que supiera del tema
Y pues inmediatamente me hice el examen y dio positivo al VIH y ya llevo no más de un mes tomando mis medicamentos.
Sospecho de él, en mi mente tengo muchas preguntas e incógnitas. Yo le fui infiel una vez con un chico que, al yo llegar a su casa, me dijo que se equivocó, que no era a mí a quien escribía sino a él, pero se dio la relación sexual y él me acusa a mí que yo contraje el virus, pero en el fondo yo sé que fue él. Y pues aquí estoy. Gracias a mi carácter fuerte y tratando de salir adelante aún con él tratando de darle la fuerza que él no tiene. Aún nadie sabe de nuestra enfermedad ni creo que lo sabrá aparte de su sobrina, pero voy para adelante.
Y les cuento mi historia porque hace un rato llegó un conocido de él y creo que en forma de broma le dice que qué le pasa, que si tenía sida. Me desestabilizó el comentario y decidí buscar algo que me ayudara a superar el mal rato y a saber cómo afrontar esos duros momentos, pero nada, jamás será más fuerte que mis ganas de seguir viviendo, así que adelante que ningún comentario ignorante nos haga sentir mal.