Llegué a mi casa y lloré, maldije la vida y esa noche intenté suicidarme. Pero pensar en mi familia me detuvo. Ahora ya inicié el programa de tratamiento del VIH en mi país. Sin embargo, el miedo, la preocupación y la tristeza aún no desaparecen. Pensar en tomar tabletas para mantenerme vivo y controlar un virus que no se irá de mi cuerpo me atormenta día a día. No duermo bien, no me alimento bien…
No creo que sea prudente contárselo aún a mi familia y amigos, pues el estigma de la enfermedad es demasiado influyente acá en Colombia. Yo aún tengo pensamientos suicidas. Me siento solo y sin esperanza. Cada día busco en Google noticias sobre el VIH, con la esperanza de que sea el día en que descubran algo muy importante o simplemente que haya un estudio que revele el camino hacia la cura.
Es realmente difícil esta situación y tener una enfermedad crónica. Aún tengo muchas preguntas sin respuesta.
Hola, yo también soy VIH POSIVO, indetectable y vivo en Colombia.